La corrupción mancha el deporte...

La cultura y el deporte son dos de los más grandes y valiosos aliados de las sociedades para alejar a sus niños y jóvenes del mal ocio, ese que los acerca a las drogas, a la delincuencia, a las cárceles, llevándose a muchos prematuramente a los cementerios. No obstante, hoy estamos viendo cómo esos aliados están siendo manchados por la corrupción de las dirigencias y muchos de sus actores técnicos. En uno de los recientes casos del deporte, Panamá y su Selección Nacional, por los intereses del vil negocio en que se ha convertido el fútbol, vivimos este miércoles uno de los episodios más tristes, entre otros posibles calificativos a lo hecho por ‘el árbitro' del juego entre México y Panamá en la Copa Oro de la Concacaf. No obstante, quien más perdió fue el deporte. Semejante atraco contra Panamá deja en total descubierto la corrupción del negociado que son estos eventos y demanda exigir que las dirigencias y cuerpos de arbitraje sean saneados; pero, dejemos claro que hay que excavar profundo, porque esto es más, mucho más, que ‘mal arbitraje'. Pero, en medio de todo, lo más preocupante es: ¿cómo decirles a nuestros niños y jóvenes que hagan deporte para alejarse de los antivalores, si ven que los antivalores están enquistados en el deporte? Podríamos decirles quizá: ‘¡Eso que vimos el miércoles no es deporte!'.