• 23/06/2015 02:00

Ecos sordos del “sin voz”...

Hay situaciones que ameritan muchas explicaciones, no aguantan excusas y sí levantan mucho descontento y decepción social

Que usen una frase como ‘el hijo de la cocinera' para referirse a que al pobre le cae la Ley con todo ‘solo' por llevarse unas guayabas, hace que brinquemos en nuestras sillas quienes consideramos que ‘ladrón es ladrón', sin importar si lo que robó es poco. Pero cuando el clamor del pueblo se vuelve un eco sordo por la decepción, al ver cómo se burlan de él, pues el poder del dinero y las conexiones de todo tipo parecen influir en que a unos, bajo investigación por mucho más que unas guayabas, se les den tratos muy especiales y se toma la devolución de parte de lo agarrado sin derecho como atenuante, entonces se recuerda que se está tras un propósito de ‘caiga quien caiga' y ‘justicia igual para todos' que parece irrealizable. Y se comienza a señalar que definitivamente la justicia es solo para el más humilde, ¿o será para el más... ‘tonto'? Hay situaciones que ameritan muchas explicaciones, no aguantan excusas y sí levantan mucho descontento y decepción social. ¡Aquí hubo un atraco a la Nación señores! Se quiere la plata y castigo ejemplar a los culpables. ¿¡Quién no entiende!?

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