Un deber ineludible

Las leyes de seguridad creadas por el Ejecutivo en virtud de las mangas largas de los decretos-leyes deben pasar ahora a una nueva etapa: la de su ratificación por la Asamblea Nacional. Quizá parezca iluso, como pedir peras al olmo, que los que ayer vistieron de blanco se dediquen a un escrutinio sincero e intenso de estas normas antes de ratificarlas, escrutinio que pudiere vetar o modificar algunas de ellas. Pero es su deber hacerlo, cuanto más que estas han sido cuestionadas con severidad y han sufrido hasta rechazo de la sociedad. Instamos a la Asamblea a acordarse del pueblo cuyo voto piden cada cinco años y en cuyo nombre prometen legislar para su bien. Y por lo contrario, al PRD le pedimos olvidarse de la “aplanadora”, mecanismo que los ha hecho tristemente célebres desde los tenebrosos días en que gobernaban los gorilas.