• 30/12/2009 01:00

Con el espíritu de Caín

La violencia doméstica pareciera un problema sin remedio. Han aumentado las denuncias, han crecido las medidas preventivas y las sancion...

La violencia doméstica pareciera un problema sin remedio. Han aumentado las denuncias, han crecido las medidas preventivas y las sanciones a los que maltratan, pero estos parece que no se enteran de que se trata de disuadirlos. Y es toda una costumbre que continúa generación tras generación. La razón es que los panameños han renunciado a educar a sus hijos en el amor familiar (porque muchas veces ni familia hay), en el respeto del prójimo y en el temor de Dios. Un hijo que se levanta con estos valores no será ni asesino, ni ladrón, ni maltratador. No abusará de los demás. Pero los padres de familia han renunciado a dar esta batalla por sus hijos. Y ahí cosechan las consecuencias: los hijos se vuelven contra los padres, los padres abusan de la esposa y de los hijos los hermanos se matan. Falta responsabilidad y amor. Recapacitemos.

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