Que se investigue

El escándalo por la compra de los radares, mapas digitales y helicópteros a Italia se expande como peste. Lo que ha salido a la luz sobre correos electrónicos entre Lavitola y el presidente Martinelli no es para quedarse cruzados de manos. La Asamblea Nacional debe iniciar de inmediato una investigación para esclarecer todo este escándalo. Lo más incongruente de todo es que, aún cuando fueron el ministro Mulino y el entonces ministro Alberto Vallarino quienes hablaron de 330 millones de dólares, por el contrato con Italia, ahora el nuevo titular de Economía, Frank De Lima, sea quien acuse a los medios de haber inventado esa cifra. No podemos seguir jugando con la inteligencia de los panameños. Está harto probado que no se dijo toda la verdad en el affair de los radares. Pero peor aún, lo que está saliendo sobre negociaciones y comisiones amerita que sea la Asamblea —al margen de lo que hagan el Ministerio Público y la Contraloría— la que inicie una investigación al respecto. Lamentable es que hasta ahora, con su mutismo y acalambramiento, demuestre que es un apéndice del Ejecutivo. Ojalá nos sorprenda con lo contrario.