Basta de irresponsabilidad

La capital y muchas otras ciudades del país quedaron al garete tras una crisis creada por gobernar sin escuchar. La imagen de Panamá está en franco deterioro y ha alertado a los analistas de que algo grave se oculta bajo las cifras de la prosperidad. No solo se cuestiona la falta de ordenamiento jurídico en ausencia del presidente, sino el silencio de la alcaldesa mientras la ciudad se hundía en el caos. Aunque esta ley sea derogada, la crisis no habrá terminado. El gobierno y los diputados oficialistas impulsan ahora soluciones con la misma improvisación e irresponsabilidad como cuando dispararon la crisis: ‘a tambor batiente’. Y lo tienen que hacer porque el pueblo los arrinconó. ¿No lo pudieron hacer antes y evitar los saqueos, heridos y muertos? Basta de tanta superficialidad para gobernar y conducir el país, pues cada vez que se equivocan hay muertos, heridos y muchas pérdidas económicas en Panamá. El panorama político es incierto, las fuerzas políticas están cambiando, por lo que debemos volver al orden constitucional para recobrar la confianza en el gobierno.