El diálogo se impone

Gobierno y educadores en paro siguen sin poder pactar un acuerdo de terminación de huelga. En el fondo reina la confusión y una creciente desconfianza entre ambos sectores. El escenario dista mucho de tranquilizar a los padres de familia a medida que se acerca el fin del año escolar. Lo que originalmente se inició como una huelga (con escaso apoyo) contra el Decreto 920, ha derivado en una radicalización de posiciones entre varios sectores de la dirigencia docente y la ministra de Educación. La realidad de fondo: una dirigencia gremial excesivamente beligerante y un gobierno de CD que, durante toda su administración, desacreditó la confianza en los caminos y beneficios de diálogos abiertos y transparentes. De la medición de fuerzas no habrá ningún resultado positivo. El Ejecutivo tiene el deber de hallar puntos de confluencia, retomar el diálogo y finalizar el conflicto. El Estado no está para enfrentamientos.