• 26/03/2014 01:00

Invasiones de tierras

El vetusto problema se ha constituido en crónico, sin que las autoridades logren resolverlo de raíz.

Desde hace décadas, se viene produciendo el fenómeno de la invasión de terrenos, privados o públicos, por parte de supuestos precaristas, esto es, personas que en teoría no tienen dónde construir su vivienda. Durante la dictadura militar, fue cosa común ver a políticos adeptos al régimen promover invasiones, pretendiendo lograr a cambio el favor del electorado. Son emblemáticas las que se dieron en el sector conocido como Loma Cová, en el distrito de Arraiján. Retornada la democracia, se intentó organizar y legalizar la actividad, mediante el programa conocido como NAOS, Nuevos Asentamientos Organizados, promovido por el MIVI, entonces a cargo del arquitecto Raúl Figueroa. Sin embargo, no se ha logrado el diseño de una política pública adecuada y que resuelva de raíz la problemática, a la que se suma la incorporación de avivatos que se han constituido en una especie de invasores profesionales, que lucran de la desgracia ajena. Que exista desde el año pasado una norma que penaliza las invasiones con cárcel, no resolverá el problema. Bien harían las autoridades en revisar sus deberes constitucionales, tanto los que tienen que ver con el derecho social a la vivienda, como los que las obligan a garantizar el derecho a la propiedad privada.

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