• 01/06/2014 02:00

Lo que debiera ser

Las últimas decisiones de la Corte Suprema de Justicia, dejan de manifiesto la gravedad de la crisis institucional.

Desde hace varios lustros, luego de los resultados electorales, se produce un extraño fenómeno en el cual, de repente, las instituciones que no habían funcionado de acuerdo con los parámetros de la separación de los poderes del Estado establecidos en la Constitución Política de la República, comienzan a hacerlo. Así sucedió en mayo de 2004, cuando una vez pasadas las elecciones, la Corte Suprema desempolvó la demanda de ilegalidad que contra varios artículos del Decreto Reglamentario de la Ley de Transparencia, había interpuesto el defensor del Pueblo. El presidente que resultó electo entonces, había prometido derogar el cuestionado reglamento. La Corte se apresuró a concederle la razón aldefensor tres años después de la demanda, y apenas unos días después de las elecciones. Ahora, van varias decisiones en pocos días, que dejan de manifiesto la gravedad de la crisis institucional. Cándidamente el saliente ministro de la Presidencia escribió en las redes sociales que ‘algo que no ha cambiado: la dirección de la justicia panameña siempre se orienta hacia donde está el Poder Real’. Lo que aspiramos todos es que las instituciones democráticas siempre se orienten hacia el verdadero soberano: el pueblo panameño. Así de sencillo.

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