Abuso policial en EUA

Ferguson, un pequeño poblado cerca de la ciudad de Saint Louis en el estado de Missouri, Estados Unidos de América, empieza a llamar la atención del mundo entero, luego de seis días completos de protestas de sus ciudadanos ante un abuso policial cada vez más claro. Los poco más de veinte mil habitantes que viven en Ferguson muestran su indignación ante la muerte del joven afroamericano Michael Brown a manos de un agente de policía. Los testigos afirman que el agente abrió fuego cuando ya Brown tenía las manos arriba, lo cual ha reabierto no solo el debate sobre los abusos policiales, sino también el de discriminación racial, que, a veces, pareciera nunca termina de cerrar la sociedad norteamericana. La reacción de las autoridades de policía de Ferguson ha sido la peor. Erráticas en sus declaraciones, han tardado casi una semana en dar a conocer el nombre del agente involucrado. Consecuentemente, las protestas han ido creciendo y tornándose más violentas, hasta llegar al punto de que ayer el gobernador de Missouri decretó estado de emergencia y toque de queda en Ferguson, tal vez a sabiendas de que estas medidas solo confirman la incapacidad de las autoridades locales de lidiar con el problema, pero no teniendo otra salida para contener la situación que se ha generado. Estos tristes acontecimientos permiten sacar muchas experiencias para todos, en cualquier país; no obstante, una principalísima es que ante casos así la rápida y transparente acción de las autoridades debe llevar a informar verazmente a los ciudadanos y que tratar de encubrir los hechos siempre complicará las cosas.