• 18/06/2016 02:00

Política e intolerancia...

La construcción de una mejor sociedad, con mayor tolerancia, exige la participación efectiva de la mayoría de quienes la constituyen

Al margen de la pérdida de credibilidad de la democracia representativa y del creciente descrédito de los políticos, la vida en sociedad requiere tanto de la exposición de las ideas como de la concertación de acuerdos entre las partes que la integran. La verdad y la razón no son patrimonio privativo de ninguna condición. El crimen de una joven parlamentaria europea, a todas luces, es un hecho lamentable, que debería encender las alarmas en el concierto internacional, en tanto refleja un alto grado de intolerancia que, aunado a la inseguridad y a la violencia, presagia peores tiempos. Hechos de esta naturaleza deben motivar la máxima reflexión colectiva, hacia la búsqueda y construcción de escenarios de mayor y más efectiva participación social, donde el libre juego de ideas, el debate constructivo y la sana crítica sirvan para que todos aquellos que deciden lo que afecta a la mayoría ciudadana trabajen a favor de sus más altos intereses y necesidades reales, y no para servir a los intereses particulares de unos pocos. La construcción de una mejor sociedad, con mayor tolerancia, exige la participación efectiva de la mayoría de quienes la constituyen. No importa la denominación.

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