• 30/04/2017 02:00

Un cambio inminente

 Lo peor es que en esta última decisión no se sabe si termina vivo o muerto. ¡Lamentable!

La salida del Gobierno de Nicolás Maduro de la Organización de Estados Americanos (OEA), no es más que el principio del fin de un régimen que perdió la empatía con su pueblo y pretende mantenerse solo a través de la fuerza y de las armas. Mas la decisión del cambio es inminente. El pueblo venezolano ya no es afín al chavismo, aunque Maduro y Diosdado Cabello se esforzaron en lograrlo. El sueño de Hugo Chávez de convertir a Venezuela en un país orgulloso y cumpliendo los postulados de Bolívar se ha convertido en una pesadilla para los venezolanos. Lo que Chávez quiso cambiar, que los gobernantes de turno llegaban al poder para hacerse de grandes negocios, es exactamente lo que ocurre hoy. Los chavistas están en el poder pelechando de la cosa pública y no quieren dejar el poder, porque saben que la ley debe caerles con todo su peso. Así las cosas, al pueblo venezolano no le queda de otra que presionar en las calles por un cambio y desde la comunidad internacional, apoyar esa lucha cívica para que se dé el cambio. Pero Maduro puede negociar una transición ordenada, como en su momento lo hicieron Raoul Cédras y Philippe Biamby en Haití, o seguir desgastándose aferrado al poder con la posibilidad de que corra la misma suerte que Mubarak, Gaddafi, Somoza o Noriega. Lo peor es que en esta última decisión no se sabe si termina vivo o muerto. ¡Lamentable!

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