• 07/05/2017 02:00

Soñar en grande

Y si esto requiere un revolcón constitucional, hay que hacerlo.

Como hemos reiterado en varias ocasiones, los panameños tenemos que establecernos una meta-país que debe ser alcanzar el grado de desarrollo en el año 2030. Para lograr esa meta, tenemos que enfocarnos en una estrategia paso a paso y, aunque tengamos diferencias políticas y conceptuales, lo que no debemos hacer es desgastarnos en peleas estériles entre nosotros y echar a un lado el avance de nuestra nación. Por ejemplo: el viernes se instalaron las comisiones para las elecciones de 2019, lo que sucede una semana después de aprobada la nueva Ley Electoral. Irónicamente, aunque la nueva Ley Electoral trae algunos avances, no hace nada respecto a los verdaderos problemas que afectan el buen ritmo del país. Para el 2019 volvemos a elegir a caciques de pueblo con el mismo mecanismo de los circuitos dominados por el clientelismo. Esos diputados entonces escogerán o ratificarán a magistrados, contralor y a una serie de funcionarios, pero como serán dependientes del Ejecutivo, harán todo lo que el nuevo presidente o presidenta les diga. Aquí no se avanza en nada en transparencia y seguiremos en el círculo vicioso. Así las cosas, los gremios activos de la sociedad civil, que sufren con la falta de transparencia en Panamá, tendrán que unirse y forzar un cambio. No podemos darnos el lujo de seguir un quinquenio más con lo mismo. No podemos mirar el 2019 como una disputa entre panameñistas, ‘perredés' y Cambio Democrático. La nueva década debe ser el Panamá que queremos, donde el desarrollo para el 2030 sea una meta realmente alcanzable. Y si esto requiere un revolcón constitucional, hay que hacerlo.

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