Así lo confirmó el viceminsitro de Finanzas, Fausto Fernández, a La Estrella de Panamá
- 19/12/2017 01:00
Gula y avaricia
El problema de Panamá y del resto de los países latinoamericanos es que una casta de privilegiados, que por años ha usufructuado de las riquezas de sus países, agotó su modelo de funcionamiento. Por más que hayan entretenido a la sociedad bajo el pretexto de la ‘democracia', la lucha contra la pobreza, la extinción del comunismo, trabajar por los más necesitados, etc., esa misma sociedad se ha empezado a levantar contra tantas mentiras. No es que la gente quiere reemplazar a los ricos; lo que quiere es que la riqueza nacional permee a todos los sectores. En Panamá se vislumbran fuentes de riquezas muy grandes, como lo es el sector logístico alrededor del Canal, la energía eléctrica a base de gas, la explotación del área turística en el Atlántico y los yacimientos mineros, entre otros. Si a ello sumamos lo que significará la ‘ruta de la seda' de los chinos, definitivamente que lo que se prevé es muy tentador. El control del Estado es fundamental y la casta de pelechadores ya tiene trazado el mapa de lo que sería la toma de esa riqueza nacional para provecho propio: el asalto a la Corte Suprema de Justicia, diputados marionetas y un presidente que responda y obedezca es el camino. Lo peor es que quienes hoy basan su estrategia-país en la gula y avaricia no vislumbran que están acumulando gasolina en la sociedad, donde cada día el humor de la gente pasa de ser pasivo a agresivo; de tolerante a intolerante, de callada a contestataria... Venezuela podría ser un detalle de lo que nos puede ocurrir, por eso urge sentarnos a un Gran Diálogo Nacional y evitar el colapso. ¡Los países no se deben manejar con gula y avaricia!