Mulino, un primer año convulso

Es la víspera del aniversario del presidente de la República, José Raúl Mulino. Elegido como estrategia de Ricardo Martinelli, ahora asilado político en Colombia, llegó al Palacio de las Garzas con la promesa de más chenchén. Su estrategia fue un plan de la mano de la empresa privada y el desarrollo de megaproyectos como el tren Panamá-David para generar plazas de empleo. Sin embargo, heredó conflictos que han desencadenado en protestas sociales lo que han opacado cualquier otro esfuerzo. Su iniciativa de reformar la Caja de Seguro Social (CSS) fue una difícil decisión con un alto costo político que otros gobernantes se acobardaron de tomar. El resultado, luego de diálogos y acuerdos con la Asamblea, empresa privada y sociedad civil, sigue siendo una píldora amarga con la que algunos aún están inconformes. Es necesario destacar que Mulino fue valiente y el único mandatario que en los últimos tres quinquenios decidió reformar la CSS, pero no debe olvidar que en democracia el gobernante se debe a su pueblo. Panamá desea seguir adelante, volver a trabajar, pero no a toletazos. El país necesita conciliación y que la rueda económica gire con determinación. Esperamos que también tenga mano firme con quiénes hayan abusado del poder, cuando nadie puedo documentar. Aún le queda tiempo al presidente para poder dejar un buen legado.