• 19/04/2018 02:00

Valores, antídoto de la corrupción

En el hogar y en las escuelas hay que empezar el cambio y fortalecer en los alumnos los valores humanos

La corrupción es un círculo vicioso que está llevando a un hoyo sin fondo a la mayoría de los países latinoamericanos. Cierto es que erradicar la corrupción es una quimera, pero también es cierto que con los mecanismos adecuados se puede controlar a su mínima expresión. La gula económica es la responsable de los más sonados casos de corrupción, mal que, dependiendo del círculo en el que una persona se encuentra, va desde lo más alto hasta lo más bajo de la sociedad. En Panamá la corrupción toca las puertas desde el Canal, hasta la entrega de placas en los municipios. Desde la venta de medicamentos, hasta las boletas de tránsito. Desde la importación de alimentos, hasta los libros escolares... El crecimiento de la corrupción se debe a dos motivos fundamentales, la inercia de los decentes que se sentían cómodos, porque no los tocaba y, un sistema colapsado que ha permitido que los hombres y mujeres probos se nieguen a participar en los partidos políticos, con lo cual le dejaron esos espacios a los bandidos que llegan fácil al Gobierno. Por fortuna, la corrupción ya tiene un enemigo: ¡esa misma sociedad! que hace unos días miraba hacia otro lado, ahora ha empezado a despertar y a exigir un cambio radical. Pero la corrupción es un círculo vicioso, cuya destrucción empieza con los valores, la ética, la vergüenza de las personas... En el hogar y en las escuelas hay que empezar el cambio y fortalecer en los alumnos los valores humanos. Es una tarea de todos y cada uno de los miembros de esta sociedad es clave en el futuro de Panamá.

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