• 22/10/2018 02:00

Errores que salen caros

Lo que sí no cabe es mantener esta política de sumisión y obediencia a costa de la economía y de la neutralidad histórica de los panameños.

El último quinquenio ha estado plagado de errores en política exterior. La estrategia de los países de la OCDE ha sido clara: Golpear el corazón financiero de Panamá para hacer migrar las inversiones externas a países con servicios financieros igual a Panamá. Lo peor es que ha tenido contribución interna para lograr que sus certeros sablazos llegaran con mayor puntería y efectividad. Empezó con los ‘Panama Papers', donde el Gobierno no supo siquiera cómo defender el nombre de Panamá. Siguió el caso Waked y la propia Cancillería se negó a defender a un panameño. La histórica neutralidad panameña se fue al traste el día que el Gobierno se unió a la Coalición contra Isis. Si a ello se suma la obediencia y subordinación ante las listas negras que han obligado al Gobierno a proponer leyes, donde hoy es un martirio abrir una cuenta bancaria o prestar servicios internacionales. Y, aunque hay otros desaciertos en el camino, el último cierra con broche de oro los errores: negar que el tema China se trató en el encuentro Varela-Pompeo y que luego la verdad viniera desde la boca del propio secretario de Estado de Estados Unidos, no queda otra conclusión que Panamá, en los últimos cinco años, ha transitado por desaciertos muy serios en política exterior. Encarrilar el país por una verdadera política exterior es lo que cabe al Gobierno que empieza en 2019, donde rescatar a Panamá de las garras de la OCDE será una tarea de mucha entereza, pero tiene que hacerlo. Lo que sí no cabe es mantener esta política de sumisión y obediencia a costa de la economía y de la neutralidad histórica de los panameños.

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