Diálogo y consenso

La única forma para volver a unir el país en una misma dirección es a través del diálogo y el consenso. Los diagnósticos sobre las causas de las crisis política se conocen y eso lleva a que sea a través del consenso que se empiecen a corregir. Desde esta columna hemos sostenido que es necesaria una reforma integral del Estado y eso solo puede hacerse a través de una Constituyente. Pero ensayar golpes contra el Legislativo —so pretexto de que está corrupto— es un remedio que resultará peor que la enfermedad. Para una Constituyente se necesita liderazgo y hoy en Panamá no existe ese liderazgo como tal, sino control de parcelas de interés. Pero en el tiempo se abren ventanas que hay que aprovechar antes de que se cierren y es el caso de esta segunda mitad de este último período legislativo. Gobierno, oposición y gremios empresariales, laborales y cívicos, deben consensuar las reformas constitucionales y aprobarlas, para que en el nuevo quinquenio se ratifiquen. Ya vendrá un nuevo momento y quizás surja ese liderazgo nacional fuerte, para que convoque la Constituyente. Los temas centrales no son muchos, pero sí de vital importancia: selección y tiempo de los magistrados de la Corte Suprema de Justicia, segunda vuelta electoral, diputados provinciales y nacionales, que el Ministerio Público investigue tanto a magistrados como a diputados y la no reelección más de un período, entre otros. Ojalá se logre el consenso y se aproveche esta oportunidad.