• 10/08/2019 02:00

Lucha de clases

En los dos últimos quinquenios afloró la gula empresarial 

La guerra por el poder político, cuya génesis es la lucha del poder económico, está provocando una peligrosa desviación del debate nacional hacia la lucha de clases. Y es que en los dos últimos quinquenios afloró la gula empresarial y cual jauría desgarran los negocios que emanan desde el Gobierno, para acumular sus riquezas. Primero un bando, después el otro y hoy entra un tercero, el rezagado, a exigir lo suyo y, además, a imponer un nuevo sistema de repartición donde ellos quieren ser los protagonistas. En pocas palabras, ya aflora el discurso de que el rico es el malo y el pobre ahora le toca comer. Aunque la población panameña no es de izquierdas y en nada se asemeja a las poblaciones de Nicaragua o Venezuela, lo cierto es que la insistencia en este tipo de mensajes no conducen a nada bueno y en el que sí podemos perder todos. Lo más triste es que los intercambios de señalamientos no es sobre quién es más honesto, sino quién roba más. Este perverso círculo vicioso, en el que está centrado el debate nacional, está amenazando con caer en esa lucha de clases que no debiera existir. Lo más irónico es que hay un nuevo Gobierno que genera confianza, pero que no ha logrado hasta ahora que el centro de atención sea sobre los nuevos tiempos de su gestión. El presidente Laurentino Cortizo debe sentar a todas las partes y fomentar una tregua en esta lucha perversa. Continuar con esta guerra es conducir al país a una vorágine destructible e inimaginable, donde lo que sí es cierto es que todos vamos a perder. ¡Así de simple!

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