Pongámonos serios

La lucha contra la corrupción tiene que hacerse desde todos los frentes. No puede solo atenderse por un lado y dejar los otros flancos intactos.

En primer lugar, el Gobierno tiene que fortalecer la institucionalidad y colocar en cada puesto a personas con un alto sentido de honestidad, diligencia, entusiasmo y, sobre todo, de patriotismo. Pero la lucha contra la corrupción también tiene que hacerse desde la empresa privada.

Hay que ponerse serio y adoptar regímenes de gobernanza ideal que ya están en otras esferas. Que establezcan niveles de ética que debe cumplir cada miembro, no solo pagar cuotas y utilizar los gremios empresariales para hacer presión cuando les conviene.

Estos niveles de ética son obligantes hoy, porque continuar con el sistema de “tapadera” no funciona, más por las redes sociales que todo lo exponen y que ya no hay vacas sagradas. Los gremios empresariales tienen también que poner de su parte y pautar entre sus reglas de estricto cumplimiento el combate frontal contra la corrupción, la protección del medio ambiente, la no afectación a la salud, combate a las prácticas abusivas, propaganda engañosa y ganancias desproporcionadas.

Hay que ponerse serios y salir del cortoplacismo y, como dicen en España, “pensando en grande, a largo plazo y en ámbitos que van más allá de lo económico…”. ¡Así de simple!