El Lasso de Ecuador

Un nuevo presidente asume las riendas de Ecuador, un país sumido en una crisis política, económica y social, de grandes proporciones. Guillermo Lasso tendrá que recurrir a sus habilidades como banquero para reconstruir el tejido social de ese país. Lasso promete un “Gobierno del encuentro” que buscará superar la polarización entre el correísmo y el anticorreísmo, y una encarnizada lucha contra la corrupción. Y esa reconstrucción del país no será nada fácil para Lasso, porque Ecuador cayó en las garras de una batalla irresponsable que dividió a los ecuatorianos. Durante dos mandatos de Correa, Ecuador fue presa de la corrupción y de la persecución. El correísmo repitió con Lenín Moreno, pero este inmediatamente traicionó al exmandatario, quien se fue a refugiar a Bélgica. Lo primero que debe hacer Guillermo Lasso es acabar con la división en Ecuador, algo similar a lo que vivió Panamá durante el Gobierno “varelista” que grave daño le hizo al país. Pero, además de fomentar ese “Gobierno del encuentro”, Lasso tendrá que fomentar un país que escape de esa lucha ideológica de izquierdas y derechas y llevar a Ecuador por el camino hacia el desarrollo humano. Deberá sacudirse esas prácticas de los Gobiernos derechistas del pasado, que arrastraron al país a una inequidad asfixiante, la cual permitió el florecimiento de ese resentimiento social, porque millones de ecuatorianos quedaron a merced de su propio esfuerzo para sobrevivir, mientras que unos pocos disfrutaron de la riqueza nacional y se hicieron millonarios sin mucho trabajar. Lasso tiene una gran oportunidad y solo falta ver que su habilidad como banquero la replique como presidente. ¡Así de simple!