• 14/12/2021 00:00

Acabemos con el problema

“Esa microcorrupción es perversa y todos los que lo hacen, son conscientes de que está mal, pero, como se tolera, se ha convertido en algo normal”

El desarrollo del país está en manos de la propia sociedad y, aunque hay muchos escépticos sobre la posibilidad de ese cambio, la realidad es que todo se logra si hay voluntad. Así como el desánimo se apodera de las sociedades, también ocurre con el optimismo. A diario, se ven escritos en redes sociales con un negativismo espantoso. Gente que dice que se quiere ir del país y otros que se manifiestan contra este o aquel “corrupto”. Pero el problema es más profundo y depende de cada cual para acabarlo. Se trata de esa microcorrupción que está enquistada desde hace años. Son pequeñas cosas, pero en conjunto hacen miles de millones de dólares que se pierden; que perdemos todos. Las personas que se llevan un lápiz de una oficina, las que hurtan el papel higiénico o el papel toalla o los desinfectantes. Aquellos que le aumentan inmisericordemente a las medicinas o los que atienden en el servicio público y se llevan jeringuillas y gasas para sus clínicas privadas. No se trata solo de las personas de una clase baja o con menos educación. Se trata de todos los sectores y clases. Esa microcorrupción es perversa y todos los que lo hacen, son conscientes de que está mal, pero, como se tolera, se ha convertido en algo normal. Esto no se acaba sino enfrentando el problema desde la conciencia y el refuerzo de los valores cívicos y morales. Criticar la macrocorrupción, pero tolerar la microcorrupción es seguir con el problema. ¡Así de simple!

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