A quienes salvan vidas

Desde aquel 21 de mayo de 1951 cuando se abrieron por primera vez las puertas de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional de Panamá, el país celebra una de las profesiones más loables que existen. La mayoría de los médicos nacionales son seres caritativos, generosos y, sobre todo, muy actualizados en la investigación, en la ciencia y la tecnología. Antes, durante y después de la pandemia los galenos han demostrado su resiliencia y su vocación inquebrantable. Además, muchos de ellos han sido reconocidos dentro y fuera de nuestro territorio por su contribución a los avances científicos, por sus valores y principios éticos que nunca han soltado. El sistema sanitario público es uno de los grandes pilares del Estado de bienestar en Panamá y si falla trastoca esta inigualable labor. Por ejemplo, si se compara la cantidad de médicos con relación a los administrativos, estos últimos son los que prevalecen. La falta de acción en el tema genera consecuencias para los pacientes, tales como no hallar citas para sus males o acudir a cuartos de urgencia que están saturados permanentemente. Incrementar la carga asistencial de los médicos es delicado. Disponer de un contingente suficiente de profesionales bien formados y garantizar la salud para todos -rápida, efectiva y asequible- es algo que todo gobierno debe hacer. Nos debe quedar claro que la salud es prioridad. Bravo a cada galeno nacional que con amor, vocación, civismo y un gran sentido de la sensibilidad social contribuye por un mejor país. ¡Infinitas gracias y feliz día!