Cambios necesarios

La década que se avecina tiene como reto el que Panamá logre el grado de desarrollo. No es una quimera, sino una realidad. Y es que Panamá está entre los tres países, junto a Chile y a Uruguay, cuyo ingreso per cápita supera los 20 mil dólares anuales, muy por encima de los demás países latinoamericanos. Es más, tanto Chile como Panamá son los que están en una mejor posición, incluso, al nivel de Portugal, uno de los 27 miembros de la Unión Europea. Sin embargo, aunque el índice per cápita está en ese nivel, la desigualdad es el ancla que afecta el despegue final del país. En esa vía, la sociedad panameña tiene que trabajar, disminuyendo la desigualdad y para lograrlo, necesita un compromiso político que permita hacer los cambios estructurales que requiere la nación. Se trata de un proceso que va desde los cambios constitucionales hasta los laborales. Cambios en la formación educativa y cambios en estructuras de negocios, donde la falta de competencia ha primado hasta estos días. Ese compromiso político tiene que lograrse lo antes posible, empezando por el constitucional. En pocas palabras, quien asuma el Gobierno en julio de 2019, tiene una ardua tarea y por eso es necesario que los candidatos empiecen explicando cuáles son sus planes a corto, mediano y largo plazo. La oportunidad de Panamá es única y no es tiempo para improvisaciones.