Reflexionemos, es oportuno, y necesario...

En la fecha de hoy, en que se conmemoran la muerte y resurrección de Jesús, una porción significativa de la humanidad aprovecha la ocasión para reflexionar en torno al significado de su mensaje. Nuestra sociedad atraviesa una profunda crisis, donde los valores importantes parecieran invertidos; la corrupción, la violencia y la inseguridad campean, el culto a lo material pareciera haberse constituido en el objetivo primordial del diario quehacer. La niñez y la juventud merecen mejores referentes y no verse precisados a convivir en un medio donde importa menos el ser que el tener, donde la educación está subordinada al oportunismo, la demagogia y la venalidad. Todos deberíamos reflexionar, aún los no creyentes, pero fundamentalmente deberían hacerlo las autoridades de los tres órganos del Estado, que por ley deben proteger la vida, honra y bienes de los asociados y además, porque ellos deciden por el resto de la ciudadanía, para que llegue el día en que quienes conduzcan sean capaces de predicar con ejemplos dignos de encomio, de modo que sus actos tengan más contenido que ropaje y arandelas. Urge recuperar y fortalecer los valores morales, construir una mejor sociedad, donde impere la solidaridad y la paz sea fruto de la justicia.