• 10/10/2009 02:00

Protestas increíbles

Las demandas y súplicas de los privados de libertad para poder vivir a sus anchas en las diferentes prisiones del país, hace pensar en l...

Las demandas y súplicas de los privados de libertad para poder vivir a sus anchas en las diferentes prisiones del país, hace pensar en la situación sumamente dolorosa que embarga a los familiares de las víctimas de los resguardados tras las rejas. Pueden existir inocentes, lastimosamente culpados de diferentes hechos criminales, pero no son la gran mayoría, gracias al Señor de los Cielos. Todos los familiares de los muchos muertos o heridos se preguntan sobre quién pagará por los crímenes de los individuos encerrados en la cárcel o de los que todavía no han sido capturados. La justicia panameña es ciega, como todas las otras del mundo, pero sumamente lenta y con una espada vieja, oxidada y mellada. Las nuevas autoridades tienen la última palabra.

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