• 07/06/2021 10:48

¿Y ante la tercera ola...qué?

Ahora que la tercera ola parece inminente, en lugar de respaldar y profundizar las medidas de bioseguridad, algunos voltean sus acusaciones contra las autoridades, que han venido luchando contra la pandemia.

La pregunta ha sido recurrente el fin de semana. Ya el ministro Luis Francisco Sucre lo había advertido, pero siguieron las rumbas y los desafueros. Ahora que la tercera ola parece inminente, en lugar de respaldar y profundizar las medidas de bioseguridad, algunos voltean sus acusaciones contra las autoridades, que han venido luchando contra la pandemia.

No han bastado 14 meses de lucha sostenida; la capacidad, dedicación y certeza de las autoridades en el combate contra la pandemia; o que su labor haya sido reconocida por organismos internacionales como la OMS o la OPS; tampoco que el país esté entre aquellos con el mayor número de recuperados en la región, o sea los cuatro con un mayor número de vacunados; o que haya estabilizado la disminución de las cifras de crisis… ¡No!, eso no ha bastado para reconocer la eficiencia oficial, ni para respaldarla, ni para admitir su autoridad… ni tampoco el tratamiento socioeconómico de la crisis.

Con un total de 19,1% dosis de vacunas contra la COVID-19 administradas por cada 100 mil personas, Panamá se ubica como el cuarto país de América con más dosis acumuladas después de México, Estados Unidos y Chile, ha dicho la OPS; el país donde no colapsó el sistema sanitario, donde no hubo que definir la última cama entre un paciente adulto y uno joven; donde no hubo ataúdes navegando por las calles ni donde colapsaron las funerarias. Habría que ver las cifras invertidas en medicamentos, respiradores, camas, tecnología, etc.

Desde el 20 de enero a la fecha, Panamá ha desarrollado un proceso continuo de vacunación y creado una situación de confianza y esperanza de vida que en algunos casos ha servido para que la población recupere estabilidad.

Ahora la pregunta es ¿qué hacer ante la tercera ola? Pareciera que no bastan las directrices del MINSA, y basados en un desconcertante sentido común algunos sugieren medidas inexactas, creativas, demagógicas. ¿Qué hay que hacer? Sencillo: lo que diga el Minsa, lo que ha dicho el Minsa, lo que la confianza en el Minsa indique.

En un extraño, lamentable y hasta sospechoso discurso, hay voces que omiten la lucha por la vida en temas cuyo curso está en desarrollo y subrayan la discreción disciplinada del Estado en algunas negociaciones que se vienen dando, para desatar todo tipo de especulaciones.

¿Cómo es posible que haya sectores de nuestra económica pidiendo rebajas de pena para quienes lavan dinero? El MEF ha hablado de elevar la pena aun millón de dólares, y otros dicen que es una suma muy alta, en lugar de abogar por el cese del delito. ¿De qué se trata? ¿Qué moral puede tener quien de esa manera se refiere a esa situación?

Piden cumplimiento al gobierno cuando han dejado de cumplir en demandas históricas e institucionales. Desde julio de 2019 está sobre la mesa el tema de la justicia; se requirió la intervención imparcial del Estado en la selección de magistrados, el gobierno cumplió y no se ve aun resultados concretos como no sea el inicio y la inmediata posposición de un juicio que marca al país.

Incomprensible que, a estas alturas, haya quienes pretendan desconocer que la administración Cortizo tiene una línea de trabajo de la que no se va a desviar. Una que le fue impuesta por la vida: la batalla contra la pandemia, y otra que era su plan de gobierno: la lucha contra la pobreza. La herencia de los 10 años ha hecho que busque recurso para enfrentar la crisis sanitaria y para desarrollar su proyecto.

Contra eso, la respuesta ha sido un entorno de dudas y sospechas. Ahora se trata, y enhorabuena, de la negociación por la defensa de los recursos naturales panameños. Quien está al frente de este gobierno ha dado muestras contundentes de qué lado está en una discusión como esa.

Todo buen panameño tiene que estar vigilante de asuntos como estos, manifestar con contundencia los argumentos que considere. Lo que no se puede poner en duda es la lealtad al país de quien comprende con exactitud los juicios de la historia.

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