• 22/03/2015 01:00

Trabajar por la soberanía alimentaria

'La participación del agro en el PIB ha descendido del 7.2 % en 2000 a 2.8 % en 2014'

En los últimos años, la crisis en el agro ha puesto en jaque la soberanía alimentaria de los panameños. Cada día comemos más alimentos importados, mientras nuestras exportaciones se desploman, a pesar de los acuerdos comerciales firmados. La participación del agro en el PIB ha descendido del 7.2 % en 2000 a 2.8 % en 2014. Y la productividad de nuestro agricultor, ese valor agregado por hectárea cultivada, no ha cambiado del 2000 al 2012, pese a que el agricultor en Costa Rica aumentó su productividad 28 %; en El Salvador y Nicaragua, 30 %; en Honduras, 38 %, y en República Dominicana, 60 %.

La pregunta clave es, ¿cuándo resolveremos el problema del agro y llegaremos a disfrutar de una plena soberanía alimentaria? En ese sentido, desde la Cámara de Comercio, Industrias y Agricultura de Panamá (CCIAP) hemos trabajado arduamente desde hace años en poner al agro en la mesa de discusión. Durante la pasada campaña electoral y como parte del programa Agenda País 2014-2019, la CCIAP organizó el Foro Canasta Básica y Sector Agropecuario, con el objeto de establecer un diálogo con los candidatos a presidente de la República y sus respectivos equipos de trabajo, y de someter a la consideración de los mismos propuestas concretas de políticas públicas que permitan el estímulo de la inversión y la sostenibilidad del desarrollo nacional en el próximo quinquenio. Igualmente, el pasado mes de febrero, se celebró el Foro Agricultura 2015, con la participación de expertos internacionales y productores nacionales, y en donde se logró definir acciones de alto impacto para incrementar la eficiencia y la competitividad del sector agropecuario.

Pobreza rural, educación agrícola deficiente, incapacidad de comercialización, insolvencia operativa, altos costos de producción y acceso tecnológico limitado son algunos de los puntos críticos del agro que deben plantearse como agenda de Estado. Todos tienen explicaciones importantes, lo cual torna la problemática de qué hacer para definir un rumbo adecuado para el sector en un gran reto.

El agro es el rubro de la economía que mejor incide en el bienestar rural y en los precios de la canasta básica. Por eso, una de las prioridades de la CCIAP durante el 2015 será la de redoblar esfuerzos para proponer proyectos de ley que impulsen la producción de alimentos saludables, en cantidades suficientes y a precios competitivos. En ese sentido, buscaremos los mecanismos para incentivar la agroindustria y la acuacultura, además de educar a los agricultores para sacar mayor valor a su producción. En vez de dejar que se pierdan los mangos y el marañón, ¿por qué no convertirlos en mermeladas y jugos para que se puedan vender a mejores precios que las frutas? Igual ocurre en otros rubros como la pesca, en donde la tonelada métrica de pescado por pieza ronda los $400, cuando el producto empacado y etiquetado puede subir hasta $1200.

Como gremio empresarial, ayudaremos al Gobierno a concebir un plan estratégico que saque al agro de su estado de abandono y desatención. La CCIAP es una pieza clave en la ejecución de los programas de competitividad y productividad del sector, y en cualquier otra iniciativa enfocada a desarrollar la economía rural y mantener las cadenas alimentarias. Nuestra gestión de vigilancia no será una mera crítica al Gobierno; muy por el contrario, nuestras intenciones son las de asegurar que el Estado cumpla su rol de facilitador. El agricultor panameño no quiere subsidios ni limosnas; lo que demanda son reglas claras que permitan la producción en un entorno competitivo. Igualmente, necesita de electricidad, comunicación (Internet) y caminos de penetración, así como también escuelas rurales con énfasis en asuntos agropecuarios, donde el estudiante se gradué de bachiller rural con conocimientos sobre manejo de tractor, uso del arado, cultivo de hortalizas y granos, manejo de ganado y levantamiento de alambrado.

Hay muchas otras ideas que podemos trabajar desde la CCIAP para impulsar la producción de alimentos y potenciar la economía rural. Pero sentimos que lo fundamental es que el Estado cree las condiciones ideales y le devuelva confianza a la gente del campo. Sin duda, como panameño tenemos todos la responsabilidad de trabajar duro para rescatar el agro y luchar por la verdadera soberanía nacional, que nos independice de las importaciones y nos libre de la miseria que conlleva el no ser capaces de producir nuestros propios alimentos.

EMPRESARIO

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