• 11/07/2012 02:00

En el Día Mundial de la Población

Desde 1989 y por decisión del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, (PNUD), se celebra cada 11 de julio el Día Mundial de ...

Desde 1989 y por decisión del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, (PNUD), se celebra cada 11 de julio el Día Mundial de la Población. Dos años, antes de 1989, el planeta llegó a cinco mil millones de habitantes y la proyección indica que hoy estamos, ya, por arriba de los siete mil millones. La Tierra no crece y cada vez se habla de que ella no tendrá la capacidad de ofrecernos los recursos que se requieren para vivir, de forma cómoda.

Hace un año fui escogido para dirigir la Comisión de Población, Ambiente y Desarrollo y mis colegas diputados han creído en mí al decidir reelegirme en esa posición. Desde mi posición he alertado y denunciado los peligros que se ciernen sobre nosotros y la voracidad criminal de unos pocos que a sabiendas que destruyen el medio ambiente, no les importa, con tal de aumentar su riqueza.

A veces pensamos que las organizaciones aprueban resoluciones para destacar fechas si darles ese toque de importancia, pero, no comamos cuento; el hecho de resaltar el tema de la población y sus implicaciones indica que hay preocupación por la forma vertiginosa y desigual en cómo crecemos. Si echamos un poco hacia atrás y analizamos el caso aislado de Panamá, notamos un crecimiento desmedido y si a esto les sumamos las bombas migratorias, podemos deducir que estamos creando un serio problema.

Sé que gente valiosa de otros lares se ha instalado en nuestro terruño, pero junto a ese conglomerado ha llegado un grupo de facinerosos que está atentando contra la paz y sosiego en muchas de nuestras regiones. Voy a coordinar con las instancias respectivas la realización de un estudio que nos permita saber dónde estamos en materia de población.

Hace muchos años leí un escrito donde se destacaba que Panamá es un país con pocos en muchos lugares y muchos en pocos lugares. Deseo saber si continuamos así y qué se puede hacer para que la gente se quede en sus pueblos contribuyendo al desarrollo de los mismos. Esa migración desordenada del campo a las ciudades está provocando problemas sociales en los sectores urbanos que a la postre son sumatorias a la delincuencia.

Los recursos se agotan y la población crece; escasean los alimentos y los pocos que produce la Tierra los quieren utilizar para combustible. He dicho, en dos ocasiones, que hoy las naciones se pelean por el petróleo, pero mañana será por el agua. El mundo puede moverse y vivir sin él, pero el agua es el elemento más importante para la existencia de la Humanidad. ¿Ciudadano qué estás haciendo para preservar y proteger el ambiente?

Te invito a que te conviertas en un vigilante ambiental y cuando veas a un depredador denúncialo en las instancias respectivas. Dónde ves a un maltratador de animales, tómale una foto y lleva el reporte a tu corregiduría más cercana. Siembra árboles, en especial aquellos que te puedan dar alimentos. Cuida las cuencas de tus ríos; de ellas dependerá el abastecimiento de agua. Únete a las jornadas de limpieza y aconseja a quienes han tenido por deporte arrojar desperdicios por doquier.

Esta campaña de concienciación no es de un día, tiene y debe ser permanente; con tu ejemplo contagiarás a otros. Comienza, desde ya, a ilustrar a tus hijos sobre la importancia de cuidar el planeta.

Este fin de semana llevamos a cabo la limpieza del sector playero de San Felipe. Sentí un gran orgullo al observar a niños y jóvenes y en especial a ese grupo de ciudadanos norteamericanos que se unieron a la causa. Fue una jornada patriótica y ella se suma a los conciertos Por la Salud del Planeta; a las caravanas en defensa de las mascotas, a nuestro interés por reglamentar el sector industrial, a poner orden en el paso de los barcos que dejan mucha basura al transitar por el Canal y a reciclar más y más. Sé que hace falta mucho por hacer y gracias a Dios tengo otro año para, como presidente de la comisión, seguir los planes trazados.

DIPUTADO DE LA REPÚBLICA (C. 8-7).

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