• 20/04/2013 02:00

La evolución revolucionaria

La América Latina hoy es la región que más esta evolucionando, o por lo menos así lo sentimos los latinoamericanos, y aspiramos a hacerl...

La América Latina hoy es la región que más esta evolucionando, o por lo menos así lo sentimos los latinoamericanos, y aspiramos a hacerlo a una velocidad revolucionaria. Hace doscientos años recién nos desprendíamos del colonialismo para entrar en nuestro propio mundo en busca del bienestar y el progreso; esas metas que la parte desarrollada del mundo había inventado hace miles y que inclusive había perfeccionado en el renacimiento hacia cientos de años.

La experiencia, las luchas, los fracasos se miden en tiempo, aunque se traduzca en creatividad, vida y monumentos. La transculturización, el asimilar las ventajas de los conquistadores, la adaptación de inclusive nuevas razas ha dado paso a un nuevo ser humano polifacético, mestizo, que aún intenta sobrevivir también en un nuevo mundo hecho a su imagen y semejanza con las sabias prácticas de sus ancestros.

Estas metamorfosis materiales se dan en un momento histórico de cambios socioeconómico, reflejo de las explotaciones, de las variantes en las relaciones sociológicas, de las filosofías e ideologías políticas. Y en ese apasionante y evolutivo movimiento humano estamos inmersos. Son situaciones casi nuevas en que seguimos a veces el clásico método de ‘ensayo y error’. Y pasando los años intentamos aplicar el método científico moderno y asimilar las fallas, sobreponernos a los intereses grupales, y haciendo camino al andar, pretender crear sistemas que nos den las expectativas que nuestras riquezas naturales nos puedan proporcionar, para alcanzar y superar los avances que los viejos mundos ya lograron; y evitar los traumas y fracasos que ellos ya vivieron.

Monarquías, esclavitud, caudillismos, feudalismos, dictaduras aparte de una colección de ‘ismos’, que han dejado cicatrices que aún no se borran de las psicologías, vicios administrativos y procedimientos de la región. Cultura, Educación, eficiencia, tecnología son los términos que se aplican hoy a nuestras limitaciones. Sí, pero todo eso obedece a las formas de gobierno, a la historia, al civismo, a la economía que se han estado dando por decenios. Ante los abusos del autoritarismo colonial transnacional, surge el radicalismo cubano, comunista y nacionalista que aún persiste en involución.

En Chile surge un socialismo democrático con Allende, pero el ‘imperialismo’ no entendió esta vía electoral y dio un golpe de Estado militar. Frente al despertar continental, USA nos impone más dictaduras supuestamente anticomunistas, pero realmente proteccionistas al capital salvaje explotador (cobre, estaño, canal). Para la liberación de los pueblos se plantea el dilema: la vía cubana violenta o la chilena democrática. Por el camino electoral hoy hay en América muchos países haciendo su socialismo, cada quien en sus realidades y condiciones. Es más, ya surgen organizaciones económicas latinoamericanas siguiendo teóricamente el camino de Bolívar. Los cubanos han sufrido un largo embargo y las limitaciones de desfinanciamiento crónico. La segregación de parte importante de su población productiva ha provocado un sufrimiento de privaciones de ese pueblo, que ha sostenido con dignidad y heroísmo por los logros sociales compartidos.

Ante estos esquemas, Sur América se ha mantenido serena e intentando superar su propias limitaciones de producción y protegiéndose de la siempre pretensión salvaje de intervenciones monetarias para controlar sus riquezas naturales. El objetivo tiene que ser el desarrollo social y productivo regional con nuestro estilo, con nuestra democracia y socialismo. De esta práctica hay ejemplos y experimentos que aún están a la expectativa de sus resultados, pensando en las mayorías poblacionales y la participación de los productores y profesionales.

Venezuela rico país, sobre todo en gentes progresistas, también debe prioritariamente ir a su desarrollo integral. La participación de todos es fundamental, pero para el bienestar también de todos. Que la energía de su subsuelo sirva para la producción de la tierra agrícola, las manos laboriosas de sus trabajadores y el talento de sus profesionales. Como en todo el continente necesitamos el sudor y capacidad de toda nuestra gente. La conciencia social de trabajo, desarrollo y justicia para todos. Que ningún ciudadano tenga la necesidad de alejarse de los suyos porque no encuentre la manera de vivir. Que nadie sea explotado por inversionistas salvajes.

Que con la alegría de nuestros ritmos los ‘burgueses’ se dediquen a utilizar los recursos del capitalismo, la creatividad, la tecnología, pero para crear un desarrollo social para todos. Para producir abundante a costos al alcance de todos. Que la democracia sea realmente para beneficiar al pueblo y no para la especulación, la impunidad y el enriquecimiento de elites político-comerciales.

Las épocas del sectarismo, el juegavivo y la explotación de los más humildes deben ser cosas del pasado. La ignorancia, la ineficacia y la indiferencia junto a la violencia, el delito y la corrupción tenemos que superarlo con unidad, estudio, amor y patria.

Aquí es donde un pueblo unido todo tiene que demostrar que sí es capaz de vencer el subdesarrollo, la pobreza, la indiferencia y el sectarismo. Todos los esfuerzos, diálogos, consensos y tolerancias son senderos de unidad, solidaridad y progresos. No es utopía. O nos unimos o intervenciones externas nos volverán a piratear.

MÉDICO Y EXMINISTRO DE ESTADO.

—EN MEMORIA DE EZEQUIEL GONZÁLEZ (GONZALITO).

—NO ARROJE BASURA AL SUELO.

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