• 03/11/2013 01:00

El 3 de Noviembre en el tiempo

Hace cien años nuestros bisabuelos conmemoraban los primeros diez años de fundación de la República. Para entonces un ritual recordaba a...

Hace cien años nuestros bisabuelos conmemoraban los primeros diez años de fundación de la República. Para entonces un ritual recordaba a la población reconocerse en la nación a través de las ceremonias y festejos de la fiesta nacional: el 3 de Noviembre. La prensa y los discursos de la conmemoración aprovecharon ese aniversario para renovar y difundir el vetusto anhelo de los panameños de independizarse de Colombia a lo largo de la decimonónica centuria. La Estrella de Panamá (7/11/1907) publicó el discurso de Sebastián Villalaz que decía ‘3 de Noviembre un rayo de luz rasga las sombras de una noche que parecía infinita. ¡Oh mes de noviembre, sol del Istmo, fecundo manantial de vida!’, con la metáfora de la luz y las sombras el orador oficial establecía una dilatación temporal entre el reciente pasado ‘nefasto’ de Panamá como departamento colombiano y con la luz indicaba el nuevo camino trazado a partir de 1903. La noche parecía infinita justamente porque el siglo XX afloraba con la concreción del afán de libertad y la creación del Estado Nacional. Aunque esa centuria significó también para Panamá una ristra de desafíos. Algunos de esos retos rezagos sociales que aún quedan pendientes.

En el ‘benjamín de las repúblicas hispanoamericanas’, los discursos de los políticos e intelectuales en las primeras décadas del siglo XX estuvieron dirigidos a demostrar y consensuar que los más de ochenta años de unión a Colombia representaron un largo periodo de atraso e injusticia. La Estrella de Panamá (5/11/1904) publicó el discurso de Pablo Arosemena que manifestó ‘la idea la de la separación no era nueva en 1903. La independencia se proclamó en 1840 y el Estado del Istmo tuvo vida, aunque corta’. Ese afán por demostrar el deseo de autonomía puede leerse en un editorial de La Estrella de Panamá (3/11/1904), ‘... algún día habrá de obtener los istmeños la aspiración suprema aniquilada por el despotismo y la fuerza bruta de las armas en 1841, 1843, 1858, aspiración lograda de manera irrevocable y definitiva, en el día glorioso que hoy se conmemora’.

Con el transcurrir de los años, ante la progresiva intromisión estadounidense y los problemas que aquejaban a la población panameña, los discursos y editoriales hicieron hincapié en la cuestionada soberanía e independencia y la atención de las demandas sociales, por ejemplo, el Diario de Panamá (3/11/1924) en su editorial comentó ‘hay que llenar los vacíos que ha ido dejando la carrera acelerada de nuestro crecimiento y formar, ante todo, una clara conciencia nacional bien definida y compacta’.

Entrado el siglo XXI, el 3 de Noviembre se conmemora en un escenario de frenéticos cambios globales, estos visibles en la crisis del Estado Nacional. Es necesario entonces superar viejas leyendas negras y blancas sobre los hechos de 1903, encarar los desafíos de la era de la globalización y plantear algunos retos: cómo encauzar a Panamá en la sociedad del conocimiento, para competir basados en el saber, cuál será la contribución del país en la conservación del planeta, cómo se prepara a la niñez y a la juventud a convivir en una sociedad multicultural y especialmente cómo lograr una sociedad más justa, equitativa y democrática.

Sería oportuno también dar una visión más amplia al 3 de Noviembre, como proceso histórico, de sus conexiones y relaciones, en el Caribe, en Centro y Suramérica. Así lo exigen las novedosas formas de interconexión planetaria.

HISTORIADOR.

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