El ático

DE EGOÍSMOS E INTERESES... Venderse, promocionare, presentarse como una persona que está dispuesta a deponer sus intereses personales, familiares, sociales y políticos, en favor del bienestar común encierra un compromiso enorme, que, de cumplirse, es digno de encomio. El ejercicio político es uno de los más propicios para estas demostraciones de calidad humana, que son el cimiento de quien pueda un día ser reconocido como un estadista. El celo, la rivalidad, son normales, entendibles y hasta aceptables, cuando no son desmedidos ni ponen en peligro un proyecto, político o de país. Es una lástima que el egoísmo, los intereses particulares y el celo de ser desplazado por otra figura lleve a elegir para una posición cuál sea esta a una persona sobre otra, por no más motivos que un ego superlativo. Ojalá nuestros líderes políticos estuvieran libres de estos males del espíritu. Todos seríamos beneficiados con decisiones correctas. No siempre ha sido, es, ni será así, lamentable.