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- 03/11/2024 00:00
- 02/11/2024 17:21
El doctor Miguel Antonio Bernal Villalaz, orador designado por el presidente de la República, José Raúl Mulino Quintero, hizo un llamado apremiante a la ciudadanía panameña.
Su discurso no solo honró la memoria del primer presidente de Panamá, el Dr. Manuel Amador Guerrero, sino que también subrayó la urgente necesidad de la participación ciudadana en la construcción de una nueva República y la elaboración de una nueva Constitución que represente verdaderamente al pueblo.
Bernal destacó la importancia de recordar y homenajear a todos aquellos panameños que, a lo largo de la historia, han luchado incansablemente por un país más justo y equitativo.
Sin embargo, su mensaje fue claro: la actual crisis económica, social y el deterioro institucional que enfrenta Panamá requieren una respuesta colectiva inmediata.
En su discurso, Bernal abordó la grave crisis que aqueja al país, señalando que la pobreza, la desigualdad y la corrupción han llevado a muchas instituciones a un estado de decadencia.
“Hemos heredado un país que atraviesa una crisis que afecta a la economía, al trabajo, la salud y la educación”, expresó con preocupación. Esta realidad, sostuvo, no es producto de eventos inesperados, sino el resultado de un sistema que ha fallado en su propósito, en gran parte debido a los “malos gobiernos” que han desbordado las normas constitucionales vigentes.
El llamado a una nueva República es, en esencia, una invitación a que los ciudadanos tomen las riendas del destino del país. “La mayoría ciudadana es rehén de minorías que se abrogan ilegítimamente su representación”, enfatizó. En este contexto, el Dr. Bernal urgió a los panameños a decir “¡basta!”, reclamando así el verdadero significado de la República y empoderando a la ciudadanía para que asuma un papel activo en la renovación del Estado.
El orador subrayó que el objetivo de esta transformación es crear una nueva Constitución que refleje la voz y los derechos de todos los panameños. La democracia, según Bernal, debe evolucionar hacia un modelo que permita una participación ciudadana plena y efectiva, donde las libertades democráticas sean el fundamento y no una limitación.
“Para forjar esta democracia republicana, debemos apelar a los valores cívicos y éticos”, afirmó, instando a la población a comprometerse con la educación y la participación activa en los asuntos públicos. El camino hacia la reorganización del Estado y sus instituciones es un esfuerzo colectivo, donde cada ciudadano tiene un papel crucial que desempeñar.