Integrantes de la caravana migrante en el estado de Chiapas, en el sur de México, denunciaron este jueves 21 de noviembre que las autoridades les bloquearon...
- 13/11/2019 09:40
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El cuarto poder, visto desde la óptica de algunas supuestas conversaciones filtradas del teléfono del expresidente Juan Carlos Varela y publicadas en el portal Varelaleaks.com, se ve amenazado con chantajes para callar a periodistas, como plataformas de conveniencia para crear debates de opinión sobre temas puntuales o como receptor de insultos a los comunicadores que acuden a los funcionarios para solicitar su versión.
Las presuntas charlas evidencian a un Ejecutivo que presiona para influir en el contenido editorial del canal 2, presidido por el empresario Stanley Motta. El mandatario busca controlar las notas o entrevistas que hacen sus periodistas, en caso de que les no le favorezcan.
Los chats muestran una cara oculta de los funcionarios hacia los medios, una muy distinta a la pública con la que se arropan para defender la libertad de prensa, de información y de expresión. Una de censura en caso de que no les parezca el contenido de un noticiero, un programa de opinión o un artículo publicado en un medio escrito.
Se percibe un formato hipócrita que se emplea para controlar la información en los diarios, la televisión o en la radio, y de paso desprestigiar a quien “los golpea”, que sin ningún tipo de evidencias, acusan al periodista de servir a intereses económicos o partidos políticos, desprestigiando su imagen ante el círculo cero presidencial. Se aprecian conversaciones en las que saltan ataques a periodistas a través de aparentes call centers en los que desquitaban su malestar en las redes sociales.
Por ser públicas las conversaciones, y tomando en consideración que se trata de una figura pública, este medio se permite reproducir algunas conversaciones para que la sociedad contextualice su contenido.
En un supuesto intercambio de mensajes entre el presidente Juan Carlos Varela y su hermano y diputado José Luis “Popi” Varela, que se enmarca a principios de mayo en medio de las negociaciones que efectuaba el Ejecutivo junto a la procuradora Kenia Porcell, sobre el acuerdo de Odebrecht, Varela se quejaba de Icard Reyes, periodista de Canal 2. El reportero le había cuestionado sobre los dineros recibidos de Odebrecht para su campaña política. Eso molestó al presidente, quien lo calificó de “loca” y además pidió a su hermano que no reenviara el video. Varela estaba enojado porque decía que tuvo la cortesía de darle una entrevista y el periodista le salió con esas preguntas.
A continuación, “Popi” se ofrece a hablar con el comunicador para amansar las aguas. “Tranquilo ya controlamos con Miguel (Heras, presidente de la junta directiva de TVN)”. Enseguida “Popi” mete en la conversación al periodista Edwin Cabrera, y ambos se burlan con palabras burdas de los comunicadores como si estos mantuvieran una relación amorosa. Varela se ríe, pero deja entrever que habrá un par de “disparos en tweet” como represalia.
“Una de las lecciones que se extraen de los varelaleaks es que algunos políticos y funcionarios siguen sin comprender el papel del periodismo. Piensan que el ejercicio del poder trae consigo el control de los medios de comunicación y esa premisa no solo es errada, sino contraria a la democracia. En TVN Noticias hemos salido fortalecidos porque esas presiones fueron totalmente infructuosas. Nunca llegaron a alterar la línea editorial o los contenidos”, indicó Sabrina Bacal, directora de noticias de TVN y presidenta del Colegio Nacional de Periodistas.
“Me gustaría que vieras el noticiero del domingo para poder evaluarlo como un tema de balance editorial”, solicita Varela al dueño de TVN, Stanley Motta.
Lanza varios mensajes a Motta, sin que él responda los textos, para quejarse de que para la prensa todo es “malo”.
Los reclamos de Varela a Motta son recurrentes. “Canal 2 sacando noticia contra línea dos del metro”, se lamentaba el mandatario.
Se refería a un tuit del medio en el que alertaba de que Odebrecht y FCC podrían perder el contrato por sus vínculos al caso de sobornos. Pero Motta parece ocuparse en cosas más importantes. Da la impresión de que los textos se pierden en medio de sus ocupaciones, no parece prestarles atención.
Después de la insistencia del mandatario, le dice que no pudo ver el noticiero.
Ante la persistencia del presidente, Motta responde que “el Ministerio Público se tiene que mover y no con noticias parciales”.
Varela escribía en ocasiones más de 20 veces seguidas al empresario sin que éste le prestara atención, y cuando lo hacía, eran frases escuetas.
El presidente le hablaba de todos los temas al jefe del medio. En especial, sacaba la cara por la procuradora Porcell. Le comentaba que ella había recibido amenazas de una campaña en su contra que ligan a algunas personas a ese medio, gente cercana al canal, defendía Varela a Porcell.
“Me molesta escribirte esto pero no es justo con ella”. La secuencia de chats de Varela a Motta relacionados con Porcell se enmarcaban en los procesos para extraditar a los hijos del expresidente Ricardo Martinelli. Aunque no parece hacerle caso, siguen por lo largo, hasta que el dueño del medio explica: “lo que pasa, y yo se lo dije a ella, por dos años ha tenido la gente esperando aún con confesiones”.
A continuación Varela reclama a Motta que sus reporteros lo fustigan con la misma pregunta de las donaciones de Odebrecht para la campaña política cuando ya había pasado una semana desde que Ramón Fonseca Mora denunció los hechos en las afueras del Ministerio Público, en febrero de 2017.
En otra conversación de Varela con el exdirector del diario La Prensa y exembajador de Panamá en Italia, Fernando Berguido, quien recibió varios chats de esta periodista solicitando una confirmación sobre una reunión que sostuvo con el abogado Rogelio Saltarín, éste escribió a Varela: 'la hija de puta de Adelita Coriat me ha escrito 3 veces y no le he contestado. ¿En qué andará?”, se preguntaba el exdirector.
A finales de septiembre de 2018, el presidente informa a Berguido, también asesor en temas internacionales, que “La Decana viene con una campaña” de que los casos (judiciales) los armó Rolando López con Saltarín. “Es ella pagada por Ricardo Martinelli”, acusa Varela sin ningún tipo de evidencia para sustentar la afirmación.
“Eso es lo que la hp de Adelita me quería sonsacar de Saltarín”, exclamó Berguido según los chats.
Varela escribe que eso le hizo tomar una decisión: pelear para atrás.
Por las mismas fechas, el presidente conversa con la procuradora Porcell unos días previos a las cinco entregas de la investigación que reveló La Estrella de Panamá titulada 'La mano paralela de la justicia'.
Ella le manda una glosa de este diario al presidente en la que se anuncia la investigación: “otra semana de golpes”, se queja Porcell. Recalca que serán cinco días, pero desconoce el contenido del informe.
“Mucho dinero moviendo”, responde nuevamente el mandatario, insinuando que esta periodista responde a intereses particulares y que cobró por el trabajo merecedor a la mejor Investigación del Año. Acusa nuevamente sin fundamentos: “la gente trabajando para RM (Ricardo Martinelli)” .
Porcell le comunica quiénes se mencionan en los reportajes: su persona, el director del Consejo de Seguridad, Rolando López, y el abogado Rogelio Saltarín.
Para contrarrestar el efecto de las notas periodísticas, el presidente Varela sugiere “armar una arremetida a los periódicos”, añade que debe trasladar a Martinelli a la Mega Joya, como una supuesta forma de represión, como si hubiera un enlace entre ambas cosas.
A finales de mayo de 2018, Varela manifiesta a Porcell que confirmó una entrevista para el diario La Prensa, el 5 de junio, además tendría una visita al consejo editorial de la rotativa. “Arrancó la ofensiva de 4 años”, dijo Varela según se lee en el portal.
Los políticos de turno manifiestan que un medio los “golpea” cuando hace su trabajo. La reacción corresponde a la procuradora Kenia Porcell en un supuesto intercambio con Varela en el que amenaza con censurar al medio en la institución: “Qué duro me dieron en radar (TVN), mire (envía un resumen transcrito de todos los intervinientes en el programa con nombre propio). No quiero saber de Canal 2, esa mujer es muy mala, que me destruyan ahora sí con razón cierro mis puertas allí”, descarga Porcell.
Además advirtió que le iba a dar todo al otro canal. “Que me destruyan todo lo que quieran (en Canal 2). Y Heras (Miguel, presidente de la junta directiva de TVN) “me escribe para agradecerme, que doble sentido”, protesta Porcell. La procuradora incluso reclamaba al mandatario los retuits que hacía la periodista de Canal 2.
En conversación con el diputado Adolfo “Beby” Valderrama, una de las figuras de confianza, Varela se refiere a la venta de Cable Onda a una empresa extranjera por más de mil millones de dólares.
El 8 de octubre de 2018, Varela le manda un mensaje a Valderrama a las 6:00 a.m. en el que le dice que deben “usar lo de cable onda para callar a Álvaro Alvarado”, en ese tiempo presentador del noticiero matutino de Telemetro.
El periodista también sale a relucir en una conversación entre Porcell y el mandatario, en la que ella le sugiere a Varela ir con un espacio informativo para responder a unos señalamientos en su contra.
En el intercambio de chats dejan ver que supuestamente Alvarado estaba “herido por algo, y tocaba bajar la presión”, según Varela.
El exdirector del Consejo de Seguridad calificó de “atrevida” a la periodista Sabrina Bacal luego de que la comunicadora publicara un tuit en el que se leía que “nadie había unido tanto al PRD como Juan Carlos Varela y su torpe justificación para la embajada de Amador'.