Este martes 18 de marzo se llevó a cabo el sepelio del cantante panameño de música urbana Chamaco.
El artista fue asesinado de varios impactos de bala...
Bobi, el perro más viejo de la historia, murió a los 31 años y 165 días, cuando su raza (Rafeiro do Alentejo) normalmente vive 10 y 13. Nació el 11 de mayo de 1992 junto a otros tres cachorros.
Leonel Costa, el dueño del perro, lo adoptó cuando era un cachorro y él tenía 8 años. Ahora tiene 38 años. Lo escondió para evitar que su papá se enojara. Junto a sus tres hermanos, lo mantuvieron en secreto. El 2 de febrero de 2023, obtuvo el Guinness World Records.
La familia contaba con un gran número de animales, el papá había decidido que no se quedarían con ninguno más. Los papás de Leonel ingresaron a la habitación donde estaban los cachorros y aprovecharon que la madre de los cachorros estaba ausente y se los llevaron. Pero, olvidaron accidentalmente a Bobi. Los muchachos se percataron de que Gira seguía visitando el sitio donde tenía los cachorros y hallaron a Bobi.
Siempre vivió en el pueblo rural Conqueiros en Leiria, al oeste de Portugal. El canino siempre comía lo mismo que sus dueños, quienes atribuyeron la longevidad a su ambiente tranquilo. Nunca estuvo encadenado ni usó correa. Anduvo vagando por los bosques y tierras de cultivo de la familia Costa. Aunque, su larga vida también pudo ser hereditaria: su mamá, Gira, vivió 18 años.
Por su edad, no era tan aventurero. Entre sus actividades favoritas estaba relajarse junto al fuego de su chimenea.
Antes que Bobi, el récord del perro más viejo con vida lo tenía Spike, un chihuahua de 23 años. Mientras que el récord del más longevo hasta la fecha lo ostentaba Bluey (1910-1939), un pastor australiano que vivió hasta los 29 años y 5 meses de edad.
Por su edad, no era tan aventurero. Entre sus actividades favoritas estaba relajarse junto al fuego de su chimenea.
“Este dulce chico ganó sus alas. Aunque ha sobrepasado a todos los perros en la historia, sus 11.478 días en la tierra nunca serán suficientes para aquellos que le quisieron”, se lee en una publicación de la veterinaria, Karen Becker, que había atendido a Bobi en el pasado.