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DAVID. Si hay algo que a los moradores de las áreas anexas de la comarca Ngäbe Buglé no les cabe la menor duda es que los representantes de la empresa Generadora del Istmo, S. A. (Genisa) tienen muy bien planificado cómo extenderán su proyecto hidroeléctrico Barro Blanco.
Este es el planteamiento del dirigente indígena Manolo Miranda, quien sustenta su posición sobre la base de que ‘sin haber consultado con las poblaciones afectadas’ Genisa, S.A. solicitó a la Autoridad Nacional del Ambiente (ANAM) hacer algunas modificaciones a la Resolución 332 del 9 de mayo de 2008, por medio de la cual esta entidad aprobó el Estudio de Impacto Ambiental (EIA) Categoría III que presentó la empresa para la ejecución del proyecto hidroeléctrico Barro Blanco.
LO QUE SE DESCONOCÍA
La Estrella tuvo acceso a dos resoluciones (una de la ANAM y otra de la ASEP) en las que pudo confirmar la veracidad de la información suministrada por Miranda.
C inco meses después de que la empresa Genisa, S.A. suscribiera con la ANAM el anhelado contrato de concesión permanente N°158-2008 para el uso de las aguas del río Tabasará —que para ser más exactos se firmó el 29 de diciembre de 2008—, la empresa Genisa, S.A. notifica a la ANAM el 20 de mayo de 2009 su interés por realizar algunos cambios a la resolución sobre el EIA que esta misma entidad gubernamental aprobó el 9 de mayo de 2008.
La empresa desarrolladora sustenta que se ha visto en la necesidad de realizar estas modificaciones tomando en cuenta la verificación de los estudios de campo que hizo SOCOIN —empresa a la que Genisa le encomendó la labor de realizar los estudios de ingeniería y diseño del proyecto.
AUMENTAR EL CAUDAL
Entre los cambios requeridos al diseño de la obra se encuentran: incrementar el caudal de diseño del proyecto de 70 a 75 metros cúbicos por segundo, aumento de la caída bruta del proyecto de 36.6 a 43 metros de altura, manteniendo el nivel máximo de operación en 103 metros sobre el nivel del mar, tal como se había establecido en el EIA aprobado en 2008.
También la empresa consideró necesario modificar el nivel de descarga de las aguas turbinadas establecidas en el Estudio de Impacto Ambiental original de 66.4 metros sobre el nivel del mar a 60 metros sobre el nivel del mar, incremento de la capacidad instalada del proyecto de 19.06 megawatts a 28.84 megawatts y la producción de energía promedio anual de 97.7 a 124.83 Gigawatts-hora por año.
CERO TRAUMAS
Sin ningún inconveniente, ocho meses después de la petición presentada a la ANAM, el entonces administrador general de esta entidad, Javier Arias, firma una resolución el 25 de enero de 2010 en la que admite las modificaciones solicitadas a la resolución de la ANAM del 9 de mayo de 2008 que fue la que aprobó inicialmente el Estudio de Impacto Ambiental Categoría III para el desarrollo del proyecto hidroeléctrico Barro Blanco. Estos cambios se aceptaron sobre la base de que en el numeral 16 del artículo 4 de dicha Resolución, el promotor debe informar a la ANAM sobre cambios o adiciones en las técnicas y medidas que no estén contempladas en el Estudio de Impacto Ambiental Categoría III aprobado.
Nueve meses después de la aprobación de la ANAM —el 11 de octubre de 2010—, la empresa Genisa, S.A. presentó ante la Autoridad Nacional de los Servicios Públicos (ASEP) formal solicitud para modificar la cláusula tercera del Contrato de concesión para que se aumente la capacidad de generación a 28.84 megawatts (que inicialmente, de acuerdo con el EIA, era de 19.06 mw).
Este trámite lo hizo Genisa S.A. gracias a la adenda que suscribió con la ANAM a dicho Contrato de Concesión Permanente para Uso de Agua, tomando en cuenta las adecuaciones al Estudio de Impacto Ambiental que solicitaron y que fue aprobado por la ANAM en enero de 2010.
Tres meses después de haber realizado la petición a la ASEP, el 13 de enero de 2011, esta entidad autoriza la Adenda N° 1 al Contrato de Concesión, con el objeto de que se modifique la cláusula Tercera de dicho contrato en el sentido de que la capacidad de generación del proyecto hidroeléctrico sea de 28.84 megawatts.
CONDICIONES NO AGRADAN
Para Manolo Miranda, los cambios aprobados por esta misma entidad fueron ‘leoninos’. Citó como ejemplo el hecho de que la empresa Genisa S.A. sustentó en su petición a la ANAM que pese al aumento de la caída bruta de 36.6 a 43 metros, el nivel máximo de operación de 103 metros sobre el nivel del mar se mantendrá igual, tal como lo presentaron en el estudio de impacto ambiental original que fue aprobado en mayo de 2008 por la ANAM, algo para lo que, a criterio del dirigente indígena, ‘no existe un elemento científico que compruebe con las modificaciones realizadas, que el nivel máximo de operación se mantendrá en una cuota de 103 metros sobre el nivel del mar’.
LO INCONSULTO
Manolo Miranda argumenta que luego de varios estudios realizados han concluido que estos cambios provocarían que ‘más comunidades campesinas y que forman parte de las áreas anexas de la comarca serían arrasadas por las inundaciones’.
Es por esta razón por la que tanto él como el movimiento indígena en su totalidad han concluido en que ‘se debió aplicar un nuevo estudio de impacto ambiental en torno a estos cambios solicitados’. Aunque Miranda lamenta que ‘con la gran corrupción del gobierno la empresa hizo una simple solicitud y ya, lo peor de todo es que estos cambios nunca fueron consultados con la mayoría de población’.