El contrato en un mantel que prueba el romance en las altas esferas del BID

En un restaurante de Colombia, donde se celebró una reunión de la OEA, Clever-Carone y Jenifer Bedoya planificaron sus divorcios y su posterior boda.
A Mauricio Clever-Carone le faltaron tres años para completar su periodo al frente del BID.

Un amorío con una empleada y varios aumentos de sueldo le costaron el puesto a Mauricio Clever-Carone, ahora expresidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).

En 2019, cuando Clever-Carone y su amante Jessica Bedoya redactaron el cronograma del divorcio y casamiento de ambos, sobre un mantel de un restaurante de Colombia, donde se celebraba una reunión de la Organización de Estados Americanos (OEA), no imaginaron que estaban elaborando una prueba determinante para que tres años después, la Asamblea de Gobernadores del BID lo botaran de la organización por haber violado la política interna.

El “contrato” de divorcio y boda que ambos acordaron y redactaron establecía que el fallo en el incumplimiento de los términos traería “tristeza y angustia”, que solo podrían mitigarse con “cera de vela y una caja traviesa”, en un hotel frente al mar de Miami, ciudad natal de Clever-Carone.

El documento escrito cayó en manos del esposo de Bedoya, que lo extrajo del bolso de su mujer de regreso del viaje a Colombia. Lo guardó por tres años y lo usó en el momento más apropiado: él mismo lo entregó al banco.

Este episodio es parte del informe que elaboró la firma de abogados Polk & Wardwell que estableció que el presidente del banco no solo tenía amores con una subalterna, sino que además le hizo aumentos de sueldo.

La investigación de la firma de abogados concluyó que Bedoya fue contratada por la organización internacional en septiembre de 2020, como jefa de gabinete, con un salario de $287 mil, 11 días después de que Clever-Carone fuera elegido presidente.

Bedoya, nombre que es sacado a la luz pública por el diario El Tiempo de Colombia, en su edición del 25 de septiembre de 2022, era la asesora principal del presidente del banco en estrategia institucional y política de inversión, entre otros.

Ahora, el amor y el trabajo los unía. Pero lo que nunca imaginaron fue la peligrosa mezcla que estaban haciendo. Solo había pasado una semana, cuando el presidente aprobó un aumento de 20% para que su amante alcanzará un salario de $350 mil.

En julio de 2021 firmó un nuevo aumento del 20% que le dejaría el salario en $420 mil.

La situación era reservada hasta que un correo electrónico del 29 de marzo de 2022, con una comunicación firmada con el seudónimo “amigo del BID” alertó a los representantes de varios países de actos de corrupción. La frase clave era: “stop corruption (detengan la corrupción).

El mensaje escrito en inglés exigía una investigación de la junta de directores del banco al presidente por su conducta indebida.

El argumento era la existencia de una relación romántica del presidente con su jefa de gabinete. Dicha relación era violatoria a los códigos de ética de la organización e implicaba un riesgo reputacional para la entidad multilateral.

Cinco meses y medio después, el escándalo estalló. Aunque el presidente se negó a entregar el celular otorgado por el banco y los mensajes de su teléfono personal y cuenta de Gmail, el informe de la firma de abogados concluyó que era razonable que tenía una relación sentimental con su empleada desde 2019, cuando ambos laboraban para el Consejo de Seguridad Nacional, una relación que se advirtió representaba un riesgo para la contrainteligencia de Estados Unidos.

Clever-Carone se defendió de las acusaciones y las atribuyó a una campaña política y mediática en su contra, que era impulsada por personal del banco.

El directorio de la entidad multilateral no le creyó y sugirió su destitución. La Asamblea de Gobernadores acogió la sugerencia.

Una polémica elección

Clever-Carone había estado en el ojo de la tormenta durante su elección en 2020. Hasta ahora el puesto de presidente lo ocupaba tradicionalmente uno de los países prestatarios, un latinoamericano.

Es estadounidense de origen cubano. Fue nombrado por Donald Trump en la última etapa de su presidencia. Elegido el 12 de septiembre de 2020. Acababa de cumplir el segundo de los cinco años de mandato para los que fue designado. Joe Biden no estuvo de acuerdo con la elección.

Para su reemplazo se ha abierto un periodo de 45 días para que los países miembros presenten sus candidaturas.

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