Corozal, la manzana de la discordia interoceánica

PANAMÁ. En la entrada al Canal de Panamá, del lado del océano Pacífico, una extensión de terreno se conserva intacta. Se trata de las ri...

PANAMÁ. En la entrada al Canal de Panamá, del lado del océano Pacífico, una extensión de terreno se conserva intacta. Se trata de las riveras de la vía interoceánica que colindan con el área conocida como Corozal.

Pero cuando la hora de transformar Corozal pudo haber llegado, se ha desatado una discreta pero severa tormenta que parece enfrentar intereses de los más importantes puertos en el país.

EL MEGAPUERTO

Durante varios meses y a raíz de la decisión de la administración del Canal de reestructurar la oferta que brinda nuestra vía interoceánica, un comité de técnicos planteó, entre otras propuestas, que en el área de Corozal se construya un megapuerto.

El proyecto implica un centro de trasbordo de contenedores, con acceso directo al ferrocarril Panamá-Colón, a los corredores Norte y Sur y a la ciudad capital a través de un acceso a Albrook. En las instalaciones se podrían albergar hasta cuatro buques post-Panamax.

En total el puerto se extendería sobre 112 hectáreas, 70 de las cuales hoy son propiedad de la Autoridad del Canal de Panamá (ACP) y el resto (42) están bajo administración de la Unidad de Bienes Revertidos, del Ministerio de Economía y Finanzas.

El plan, que se encontraba en estudio, fue suspendido por la Junta Directiva de la ACP en septiembre pasado. Tiene firmes opositores fuera de las autoridades canaleras; el principal, Panama Ports Company (PPC), la empresa que explota el puerto de Balboa unos kilómetros más adelante y que pretende desarrollar en Corozal facilidades logísticas.

ACCIDENTADA REUNIÓN

En coincidencia con la postura de PPC, en una reunión de la Junta Directiva del Canal a mediados de septiembre sin mayores justificaciones se decidió suspender los estudios para un puerto en Corozal.

El día que el comité técnico presentó el informe en la Junta Directiva, varios miembros se incomodaron sobremanera con el tema. Quien presentó el informe fue Rodolfo Sabonge, en ese momento vicepresidente Ejecutivo de Planificación y Desarrollo Comercial de la ACP, y para los entendidos el cerebro maestro detrás de la estructura de peajes que permitió el éxito en el manejo del Canal bajo la administración panameña.

Sabonge fue interpelado por Marco Ameglio, miembro de la directiva canalera desde el año 2010, designado por la administración de Ricardo Martinelli a comienzos de su gobierno. Testigos en la cita califican la reacción de Ameglio como la de un ‘hombre indignado’.

A las críticas de Ameglio y en el mismo tono se sumó Nicolás Corcione, también nombrado en 2010 como directivo del Canal.

Ahí —de acuerdo con la versión a la que tuvo acceso La Estrella— se le informó a Sabonge que era objeto de una investigación desde cuatro meses atrás. Un par de semanas después, Sabonge dejó la ACP y se acogió a un plan de retiro anticipado.

DIRECTIVA OPINA

Al parecer Ameglio y Corcione no son los únicos directivos del Canal incómodos con Rodolfo Sabonge.

También lo está Lourdes Del Carmen Castillo, quien dio su opinión en una entrevista exclusiva concedida a Álvaro Alvarado de Telemetro, el lunes en la mañana.

Castillo —que llegó apenas en febrero de 2013 a la directiva del Canal— no ocultó su incomodidad en el caso. Se mostró inquieta porque Sabonge se acogió al plan de retiro anticipado, en medio de la investigación que adelanta el Fiscalizador General de la directiva, Antonio Domínguez. ‘En este momento no puedo decir que sea culpable o inocente, hay que esperar que la investigación determine qué fue lo que pasó, si es que existió una falta’, dijo.

Aunque no hizo ninguna precisión contra Sabonge, a título personal Castillo se refirió a que las reglamentaciones en la ACP deben contemplar mecanismos para que en medio de una investigación un funcionario deba esperar hasta que la situación se defina. ‘Si se encuentra que fueron faltas a la ética, todo quedaría en la renuncia del señor y ya’, agrega.

Pero Castillo no incluyó en sus consideraciones éticas que es representante legal de Naves Supply, y que esta corporación tiene un contrato con PPC para el procesamiento de la basura que se recoge de los barcos que atracan en el puerto de Balboa. PPC encabeza la lista de opositores externos a la construcción de un puerto en Corozal.

UN ÁREA CODICIADA

Corozal, aún virgen, es la última oportunidad de crear una facilidad en las entradas del Canal en el lado Pacífico que no esté controlada por PPC.

A la sazón PPC es una empresa de capital chino, subsidiaria de la poderosa Hutchison Whampoa Limited (HWL), una megacorporación de puertos y telecomunicaciones.

Así las cosas, competidores de HWL evitan hacer negocios logísticos en Panamá, para no autoperjudicarse. PPC quiere el área para extender el espacio que dedica a acomodar contenedores y otras facilidades.

Pero la firma consultora HDR Engenierings avaló la rentabilidad del proyecto para construir un megapuerto en Corozal, además Port America, Dubay Ports, Manzanillo International Terminal (MIT) y Ports Singapoure (PSA) mostraron su interés en el proyecto.

Por el momento, con la decisión de la directiva la principal beneficiada es PPC, cliente de la empresa a la que Castillo representa.

Los vínculos entre Castillo y Panama Ports fueron denunciados en febrero pasado como violatorios de las normativas de la Autoridad del Canal de Panamá, las mismas que hoy Castillo asegura defender.

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