Este evento que se vio fundamentalmente desde América, empezó sobre la medianoche de este viernes 14 de marzo y llegó a su máximo sobre las 3 de la mañana,...
- 09/12/2008 01:00
- 09/12/2008 01:00
PANAMÁ. Entre los planes inmediatos de David Murcia Guzmán estaba solicitar una cita con el presidente Martín Torrijos. Este propósito —ambicioso e iluso para un inversionista extranjero con poco tiempo en Panamá— no suena irrealizable para quien, con astucia y cautela, logró penetrar, a base de dinero y una estrategia cuidadosamente planeada, los círculos del poder político, económico y de los medios en Colombia y aspiraba a lo mismo en Venezuela, Ecuador, Perú, Brasil, México y Panamá, donde residía.
Poco a poco, las autoridades colombianas han develado los vínculos de Murcia con distintas personalidades y cómo penetró escenarios tan impensables como una reunión del presidente Álvaro Uribe con algunos de sus ministros y gobernadores departamentales, donde lo vieron en la primera fila, reservada el gobierno.
En Colombia, los largos tentáculos de Murcia llegaron hasta la familia presidencial. El presidente Uribe tuvo que salir a defender a sus hijos, Tomás y Jerónimo, involucrados con DMG a través de su amigo Daniel Ángel —mano derecha de Murcia y socio— quien los invitó a hacer unos documentales para Body Channel, el canal de TV por cable creado por Murcia, cuya señal llegaba a varios países, incluido Panamá. Los hijos de Uribe admitieron su amistad con Ángel y que realizaron a petición suya varios documentales, que suspendieron al ser advertidos de la dudosa financiación del canal.
Dos cercanos colaboradores de Uribe, el secretario de prensa Cesar Mauricio Velásquez y el secretario general, Bernardo Moreno, también admitieron haber tenido contacto con DMG. En la propia Presidencia, Velásquez se reunió con Murcia, quien le ofreció transmitir por su canal programas institucionales, gestión que no prosperó. Moreno, primo segundo de Daniel Ángel, aparece con él en una grabación donde este le pide una cita con DMG. Otro funcionario de palacio, Félix Alfázar González, asesor presidencial para los municipios, intercedió en 2007 para que representantes de DMG se reunieran con el superintendente de Industria y Comercio y estuvo en Cartagena en un congreso de alcaldes y funcionarios municipales, organizada por DMG.
El empeño de Murcia por acercarse al entorno de Uribe, no tuvo límite. En una audaz movida se vinculó con los encargados de promover el referendo para la reelección presidencial, a quienes realizó una cuestionada donación en especie a través de Transval, una transportadora de valores asociada a DMG, que se encargó de transportar las firmas.
Según grabaciones que tiene la Fiscalía de Colombia, Murcia habría invertido unos 400 mil dólares en “lobby” con congresistas, con el propósito de conseguir que se rechazara un proyecto de ley para aumentar las penas a los captadores ilegales de dinero, es decir, a los dueños de las pirámides. Además, a mediados del año DMG habría intentado camuflar en otro proyecto de ley una norma para regularizar el sistema de tarjetas prepago, su negocio.
En otra conversación telefónica grabada por la Policía, aparece implicado el senador Samuel Arrieta, presidente del movimiento Convergencia Ciudadana, quien se habría reunido con William Suárez, cuñado de Murcia, apoderado de DMG y hoy prófugo de la Justicia.
Arrieta lo niega, pero reconoce que recibió en su oficina al entonces asesor jurídico de Murcia, Abelardo De La Espriella, quien le presentó una propuesta para despenalizar el traslado de dinero por fuera de las instituciones, en momentos en que se debatía el tema en el Senado, lo cual habría abierto la puerta a Murcia para trasladar grandes sumas en efectivo y recuperar más de cuatro millones de dólares que el Estado le confiscó.
La columna vertebral de la estrategia de Murcia radicaba en acercarse a los gobernadores y alcaldes de las regiones de Colombia donde quería expandir su negocio. En una de las más reveladoras grabaciones, Murcia y su cuñado William Suárez hablan de las elecciones de 2007, complacidos por el triunfo de varios candidatos, presuntamente patrocinados por ellos. “Tenemos 10 ganadores, esto es mejor que haber montado mil empresas”, le dice Murcia a Suárez.
El entonces candidato a la Gobernación de Boyacá, Pedro Alonso Sanabria, hoy magistrado del Consejo Superior de la Judicatura, es mencionado en la conversación, de la cual se infiere que DMG le entregó 400 millones de pesos para su campaña. Los gobernadores de Bolívar, Joaco Berrío, y de Magdalena, Omar Díazgranados —investigados por las autoridades— aparecen también en las conversaciones, como presuntos favorecidos con aportes de DMG a sus campañas.
En el caso de los alcaldes, la audacia de Murcia no tuvo límite. Además de colarse a la reunión con Uribe, en diciembre pasado patrocinó un seminario de inducción para los recién elegidos mandatarios —organizado con apoyo del gobierno— donde les dio a una conferencia sobre superación de la pobreza y regaló —desde un “stand” de DMG— corbatas Christian Dior. Varios de ellos, como el de Tocaima, Ángel Ibarra, están siendo investigados. Ibarra viajó a Panamá sin autorización del Concejo local a una reunión con Murcia y al parecer con otros alcaldes, en la que el empresario les ofreció apoyo para abrir sucursales de DMG. Al regresar de Panamá, Ibarra abrió una oficina de DMG en Tocaima, gerenciada por un sobrino.
Con la contribución de estos contactos, Murcia aspiraba a cerrar el círculo y consolidar una de las más ambiciosas y audaces estrategias de captación del poder político y económico puesta en marcha en Colombia, comparable solamente a las realizadas en su momento por las FARC y los paramilitares.