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- 17/07/2009 02:00
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PANAMÁ. Los panameños hicieron un alto en sus actividades diarias para renovar los votos de fe. Desde las seis de la mañana de ayer —día de la Virgen del Carmen— iniciaron los actos religiosos, que finalizaron a la siete de la noche, con la misa oficiada por monseñor José Dimas Cedeño.
Para Fray Alonso de Nuestra Señora de la Fe, esta celebración ha sido una de las vocaciones más queridas del pueblo panameño. “La devoción es muy bonita. Se trata de llevar el escapulario que es signo de la devoción de la Virgen, por lo cual todo que el que lo lleve se compromete a vivir las virtudes que vivió aquella mujer: humildad, compasión, amor, servicio, virtudes que nos hablan de la vida cristiana”.
En los predios del templo los vendedores aprovecharon el gran público para ofrecer objetos confeccionados para la ocasión, como escapularios, imágenes, collares, rosarios, estampas, llaveros, inciensos, entre otros.
Durante el día, los creyentes se acercaban a la imagen y le colocaban rosas, llevaban velas y externaban los pecados en confesorios habilitados para este fin.
Los escapularios fueron los objetos más demandados.