Un festival que responde al gusto musical panameño

Actualizado
  • 31/03/2018 02:00
Creado
  • 31/03/2018 02:00
Este año el Mupa abrió el compás y se convirtió en el festival gratuito con mayor variedad de oferta musical. Los organizadores afirman que detrás del concierto está la profesionalización del músico —gracias a talleres—, la creación de redes y públicos, y el posicionamiento turístico de la capital

El pasado fin de semana, alrededor de 15,000 personas asistieron al Festival Mupa 2018, probablemente, en Panamá, la fiesta musical gratuita con mayor diversidad de géneros musicales en un solo escenario: desde reggae roots hasta salsa sensual, pasando por rap y rock pesado.

La última edición superó por mucho la cantidad de público de años anteriores. Pero para el director del Mupa, Giovanny Barrantes, el crecimiento del festival no depende del número de personas que se dieron cita. ‘Más que todo —dice el miembro de la dirección alcaldicia de Cultura y Educación Ciudadana— depende de la cantidad de bandas que se han expuesto en un escenario que cumple con todos los lineamientos de un festival profesional de alto nivel'.

Aunque es difícil percibirlo a simple vista, el Festival Mupa 2018 es más que un concierto de tres días que reconoce el derecho al arte de la ciudadanía e invita a tomarse los espacios públicos. Se trata, más bien, de un proceso cultural que impacta sobre el turismo de la ciudad, el intercambio regional y la profesionalización de los músicos panameños.

CONVERTIR LA CIUDAD EN UN REFERENTE MUSICAL

‘Entre los impactos más visibles del Festival Mupa está el potencial efecto sobre el turismo al posicionar el evento en el circuito de festivales musicales más importantes de la región', dice la gestora cultural Claudia Cordero, productora del festival organizado por la Alcaldía de Panamá.

Barrantes coincide con su colega. El máximo objetivo del Mupa es convertirse en ‘una visita obligada dentro del circuito latinoamericano de festivales': que los ciudadanos de otros países visiten nuestra capital, disfruten de la propuesta musical local de calidad que tenemos y la lleven a sus países.

‘En lo menos visible estaría que intentamos contribuir a la profesionalización del sector musical panameño, a que se perciban a sí mismos además como gestores culturales capaces de intervenir en los procesos sociales de la ciudad a través del arte', agrega la productora e integrante de la agrupación de metal Omnipotent.

‘Los festivales y la cultura no son sólo entretenimiento, y si la gente logra apreciarlo, va a luchar por ello',

CLAUDIA CORDERO

MIEMBRO DEL COMITÉ ORGANIZADOR MUPA 2018

El primer Festival de Música de Panamá —bautizado ‘MUPA Rock'— se realizó el 15 de noviembre de 2015. Barrantes ha estado presente en la organización desde entonces y asegura que cuando arrancaron las convocatorias para el festival, las bandas no plasmaban de manera profesional sus propuestas musicales en sus ‘press kits'.

‘A través de los años nos hemos dado cuenta que las bandas han mejorado muchísimo esta parte. Han mejorado la calidad de sus audios y sus videos, y eso nos da alegría porque es lo que estamos buscando. Realmente es un proceso, para que puedan competir no solo en el MUPA sino ante una escena latinoamericana', señala el además integrante de la agrupación de rock La Tribu.

A esto se suman las capacitaciones y talleres con los que cuenta el Mupa. Este año, el ciclo de capacitación gratuita inició el lunes 19 de marzo con ‘Música digital en el siglo XXI', dictado por el profesional argentino de la industria musical Ariel Etbul.

Le siguieron ‘Introducción a la producción independiente' por el productor musical Vicente Ríos, ‘El músico como gestor cultural' de Salvador Toache (México), ‘Desarrollo de la escena local ante el escenario global' por Ulises Sanher (México), ‘Mercados de la música en Iberoamérica' por Octavio Arbelaez (Colombia), ‘El arte del management musical' por Ángel Arancibia (Chile), ‘Marketing de proyectos musicales' con Mike Navarro (Colombia) y ‘Creatividad y composición musical' por Jorge Ramos, saxofonista y compositor de Gondwana (Chile).

Cordero comenta que los artistas nacionales agradecen mucho esta iniciativa, principalmente los emergentes. ‘Este festival se trata justamente de impulsarlos en términos económicos, con el pago por su presentación; y de proyección, dándoles la oportunidad de conectar con managers y profesionales de la industria musical internacional', explica la gestora cultural. ‘Además de tocar en un evento cuya tarima cuenta con los más altos estándares de producción'.

RETOS DE UN FESTIVAL DE GRAN MAGNITUD

El presupuesto del Festival Mupa 2018 fue de $200,000 dólares, más unos $50,000 que vienen de patrocinios en dinero y en especies por parte de otras instituciones, organizaciones y sector privado (Banco Nacional, Autoridad de Turismo, Alianza Francesa, Cervecería Nacional, Hard Rock Hotel, Grupo Mix Holding, etc.), según Cordero.

El presupuesto, continúa la productora, incluye gastos logísticos, de producción y el pago a las bandas internacionales y nacionales, que entran por convocatoria abierta.

En años anteriores, el presupuesto de la Alcaldía era de $150,000; pero este año extendieron el evento a tres días y abrieron el compás de géneros musicales, una renovación que incrementó el presupuesto y dobló la cantidad de público del festival.

Entre los principales retos, menciona Cordero, están la falta de institucionalidad de la cultura, la baja profesionalización del gobierno local en este sector y la falta de personal en la Dirección, ya que manejan múltiples proyectos mientras producen el Festival Mupa.

‘Como gobierno local estamos apenas incursionando verdaderamente en el trabajo cultural y hay diversos retos: baja profesionalización del sector, hace falta formación de públicos y hay retos en la comunicación porque la gente se imagina que la Alcaldía es solo para trámites de placas y permisos para los negocios, pero también interviene mucho en la manera en que el ciudadano experimenta la ciudad, y eso incluye estos eventos', explica.

El Mupa ha sido un reto gigante, que cierra la cuarta edición con un posicionamiento enorme en la región, con una mayor asistencia y respondiendo a los gustos de gran parte de la ciudadanía.

Para que el festival no muera con el cambio de gobierno, sugiere Cordero, se debe institucionalizar por medio de una ley de cultura que incluya esta y otras actividades. ‘Los festivales y la cultura no son sólo entretenimiento, y si la gente logra apreciarlo, va a luchar por ello', concluye la productora.

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