El impacto de la inequidad energética con los territorios comarcales en tiempos de educación a distancia

  • 20/08/2020 00:00
Debido a la pandemia, un gran número de actividades educacionales se llevarán a cabo desde las viviendas. Quienes tienen todas las comodidades de los servicios básicos, como el suministro de electricidad, podrán aprovechar esta modalidad a plenitud; pero los panameños que no cuentan con el suministro de electricidad y mucho menos internet, no podrán acceder a la modalidad virtual para continuar con el proceso de aprendizaje, al cual tienen derecho como el resto de la población.

Debido a la pandemia, un gran número de actividades educacionales se llevarán a cabo desde las viviendas. Quienes tienen todas las comodidades de los servicios básicos, como el suministro de electricidad, podrán aprovechar esta modalidad a plenitud; pero los panameños que no cuentan con el suministro de electricidad y mucho menos internet, no podrán acceder a la modalidad virtual para continuar con el proceso de aprendizaje, al cual tienen derecho como el resto de la población.

Tal es el caso de los territorios comarcales, y es que según el Plan Energético Nacional 2015-2050, en la comarca Emberá-Wounaan, solo el 35% cuenta con el servicio de electricidad; en la comarca Kuna Yala, el servicio solo alcanza el 19% y en la comarca Ngäbe-Bugle, solo el 4% de las viviendas tienen electricidad. Esto equivale aproximadamente a unas 30 mil viviendas que no cuentan con el servicio de energía eléctrica.

Pareciera que la génesis de esta inequidad energética es la pandemia, que a la postre ha desnudado muchas falencias en estos aspectos, pero no es así; uno de los ejes del Plan Energético Nacional es el acceso universal y la reducción de la pobreza energética, sin embargo, a pesar de que han transcurrido varios quinquenios, no se ha desarrollado a cabalidad y aún continúan los problemas de esta índole, sintiéndose de manera evidente con el tema de la educación virtual o a distancia, que ahora ha tomado protagonismo. Y no solo se trata del acceso a internet, sino de tener derecho a ser informados de los temas de salud pública en tiempo real, como lo relacionado al peligro de contagio de la covid-19.

Podemos afirmar que la crisis que ha originado la pandemia nos brinda una oportunidad para que al momento de revisar los objetivos de la transición energética de nuestro país, esta se redireccione y tome un enfoque más humano, más social, en particular, para mejorar las condiciones de vida de los pobladores de las comarcas, integrándolos de tal forma que ellos puedan organizar, administrar y mantener sus fuentes de energía renovable no convencional; por ejemplo, la instalación de paneles fotovoltaicos a nivel de sistemas de generación, distribuidos en pequeña escala.

La idea es coadyuvar para organizar comunitariamente a los integrantes de las comarcas, en particular las áreas no servidas o no concesionadas del servicio de electricidad, para que ellos sean los dueños de los equipos o fuentes de generación fotovoltaicas que puedan instalarse y de esta manera garantizar el suministro de energía eléctrica básico para conectar los electrodomésticos más importantes y brindarles una calidad de vida más estable.

La oportunidad de mejora que se nos presenta debe ser aprovechada a través de universidades, como la UDELAS, que podría encargarse de organizar proyectos piloto, junto con las otras instituciones involucradas, para que desarrollen metodologías para capacitar a distancia, de manera continua, a los integrantes de las comunidades; por ejemplo, organizados en cooperativas de energía, para que ellos puedan brindar el mantenimiento y hasta el servicio técnico necesario para garantizar la vida útil de los equipos que se instalen.

Es oportuno recordar que a estas comarcas no las benefician los subsidios por consumo de electricidad, ni llega el Metrobús ni el Metro, y mucho menos serían beneficiados con la movilidad eléctrica que hoy se considera como uno de los principales objetivos de la transición energética. Por estas razones, y considerando los objetivos de desarrollo sostenible, la UDELAS pone a disposición de las agendas de desarrollo, capital humano especialista en áreas de sostenibilidad, para que junto con las comunidades, podamos amalgamar esfuerzos en lo económico y estratégico, y así acercar la tecnología a nuestros amigos originarios. Esto es parte de nuestra agenda de democratización de la ciencia, la tecnología y la educación de los pueblos originarios. Esto es una necesidad y un derecho.

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