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Informe del Idaan identifica puntos críticos en la potabilizadora que interrumpe el suministro
- 26/08/2024 18:16
- 25/08/2024 20:28
La planta de tratamiento Federico Guardia Conte, que abastece de agua a más de un millón de usuarios presenta serias deficiencias en el mantenimiento del equipo que, de acuerdo a un estudio de la propia institución elaborado en mayo (2024) que identificó 10 puntos críticos en la potabilizadora que actúan como una bomba de tiempo en la continuidad del servicio y “ponen en riesgo la vida de sus trabajadores”, como lo describe el documento.
Uno de los puntos críticos está en la subestación eléctrica de la planta, donde no opera un interruptor de potencia de modo remoto desde la estación poniendo en riesgo la producción y la seguridad física de los técnicos que se encuentren en el sitio. Asuntos que no son nuevos, pero que al no resolverlos, “Panamá se ve afectada por la falta del vital líquido, como ha ocurrido en varias ocasiones. Falta realizar estudio de coordinación de protecciones para evitar disparos en la planta”, menciona el documento.
El informe también hizo hallazgos en otras áreas como en el tendido eléctrico de media tensión; la Estación de Bombeo de Agua Cruda (EBAC); las dosificaciones que dado el descuido de varias administraciones “los equipos de polímeros aniónicos, catiónicos están en estado crítico, cualquier momento terminan colapsando”, se lee.
La falta de mantenimiento en los floculadores (reactor de flujo que permite la dosificación de los productos químicos) coloca en riesgo la eficiente potabilización para hacer frente a turbiedades. También se hallaron deficiencias en los sedimentadores; filtros de ambas plantas; la estación de bombeo de agua tratada; la nueva estación de bombeo de agua tratada y el edificio de químicos y administración.
En todos los puntos del informe se detallan deficiencias de mantenimiento que denotan la escasez de personal idóneo, así como la reincidencia en fallas sin resolver que afectan el suministro del líquido.
Para subsanar estas deficiencias, se contabiliza una inversión de $50.4 millones entre equipos de bombeo y mejora en la infraestructura eléctrica, filtros, sedimentadores, cambio del tendido eléctrico, válvulas y personal debido al “alto pasivo laboral que es crítico en áreas de operaciones, mantenimiento y áreas verdes”, se lee.
El pasado jueves, más de un millón de usuarios sufrieron las consecuencias de esta situación. Los habitantes del distrito de Panamá y San Miguelito amanecieron sin agua, las clases se suspendieron y restaurantes no pudieron atender a sus clientes. El Instituto de Acueductos y Alcantarillados Nacionales (Idaan) presentó varias fallas en las estaciones de bombeo de agua cruda del Lago Alajuela. Hubo “una discontinuidad en el servicio de energía, un bajón de voltaje”, indicó un funcionario de la institución que solicitó no ser identificado. El director, Juan Antonio Ducret lo definió como un “evento eléctrico anormal, cuya causa se encuentra en investigación”, cuyo origen no se ha definido, hasta ahora.
Al revisar el equipo, en conjunto con el personal de Etesa y los funcionarios de electromecánica del Idaan, detalló Ducret, se encontró que en uno de los dos vigaductos (tuberías donde están los cables), que van desde la planta hasta el lago, se observó que el evento eléctrico había causado afectación en uno de los conectores. “Si metíamos corriente para funcionar las cinco bombas podíamos causar un daño mayor y perder gran parte de la planta. Por eso se decidió parar el viaducto, bajar la producción al 80% y reparar los conectores, hasta volver a cinco bombas para funcionar”, explicó Ducret.
“Han tenido que bajar producción de agua cruda esperando que se enfríe la linea para volver a ponerla. Se produjeron dos fenómenos seguidos, el sistema estuvo vacío 12 horas y se calentó la línea”, manifestó a este diario uno de los exdirectores del Idaan consultado sobre el incidente.
Sin embargo, un día después del incidente, aún muchas zonas de la capital no tenían agua. Este medio preguntó a dos exdirectores del Idaan quienes manejaban información de que se había presentado un problema en la línea eléctrica de alimentación de la EBAC que se estaba recalentando. De acuerdo a la versión de los exdirectores “al intentar estabilizar el suministro, que se intentó hacer a la máxima potencia, el cable de media tensión se recalentó por no contar con el amparaje”. El exdirector se refirió al tendido eléctrico de media tensión que, según reporta el estudio en mención, en 2017 la empresa ENSA ejecutó un cambio de cables de calibre 750 Kcmil en buen estado, que fueron colocados por la Autoridad del Canal de Panamá en su momento. Estos cables fueron sustituidos por otros de menor capacidad 500 Kcmil, “restando la capacidad de transporte sin aterrizaje e incumpliendo con los arreglos de las fases para mitigar las corrientes parásitas que en la actualidad viajan por la chaqueta de los cables creando puntos de falla y peligro de muerte de los trabajadores de dicha planta”, resalta el informe de la entidad.
Consultamos a Ensa la razón por la que en 2017 se solicitó el cambio del cable a uno de menor intensidad. Pero su respuesta se centró en el incidente ocurrido el pasado jueves: “no existen elementos de juicio técnico que permitan relacionar de manera responsable esta falla con el reemplazo del cable”.
Ducret recuerda que el cambio ocurrió durante la visita del Papa a Panamá para la celebración de la Jornada Mundial de la Juventud: “Cierto que cuando venía el Papa se cambiaron y se hizo con Ensa”. El por qué no está claro. Las versiones extraoficiales varían desde un análisis de riesgo, hasta el robo del cobre de los cables.
En todo caso, Ducret negó que el evento eléctrico del 22 de agosto se originó por los cables de media tensión, “porque afectó varios componentes, varios fusibles”, dijo.
La Planta de Chilibre tiene una producción de agua potable diaria de 220 millones de galones al día, que es lo que despacha a la ciudad. Para lograr esto, se necesita extraer la suficiente agua cruda del lago, utilizando las bombas que están en la estación de agua cruda.
Ducret detalló que dependiendo del nivel que mantenga el lago Alajuela, se determina la cantidad de bombas y su velocidad de operación para sostener el caudal necesario de agua cruda a procesar. “Normalmente operan a 3 velocidad fija y de 1 a 2 velocidad variable ( para poder regular la cantidad de agua a extraer)”, indicó.
Esto tiene efectos sobre la cantidad de energía necesaria para extraer el agua, de tal forma que a medida que baja el nivel del lago, se requiere más energía y la corriente eléctrica aumenta a un voltaje nominal determinado.
El nivel normal de operación del lago es 251 pies sobre el nivel del mar y esto permite que se pueda operar con 4 bombas sobre el lago para lograr extraer el agua cruda suficiente para producir los 220 mgd, variando la velocidad en algunas bombas para compensar la perdida de caudal por la disminución del nivel del lago, lo que se denomina el aumento de la cabeza de succión.
Cuando el nivel baja, precisó Ducret, “aumenta la cabeza de succión de las bombas y la capacidad de bombeo en galones por minuto de cada bomba individual también baja, lo cual se compensa variando la velocidad de rotación de las bombas para aumentar el caudal, con un consecuente aumento de la necesidad energía para alimentar cada bomba”. Si sigue bajando el nivel del lago, en que ya con las 4 bombas trabajando al 100% de su capacidad no se logra mantener el caudal necesario, es necesario arrancar una quinta bomba para compensar el caudal. De esta manera se logra aportar el agua cruda necesaria cuando el lago alcanza los 212 psnm sin afectación a la capacidad de producción de la potabilizadora.
Bajar el nivel de lago desde los 210 psnm hasta los 190 psnm, con la necesidad actual de agua cruda, requeriría aun más energía y capacidad de conducción de la misma por lo que requería reforzar la capacidad del cableado. Además, se requerirá aumentar la capacidad de bombeo para compensar la baja de la capacidad de caudal de las bombas por el aumento de la cabeza de succión.
Para lograr esto el Idaan está planificando y ejecutando nuevas líneas redundantes para reforzar la capacidad de conducción y una toma flotante que logre compensar la perdida de capacidad de succión de las bombas cuando los niveles del lago estén entre los 212 psnm y los 190 psnm que es el objetivo conjunto con la Autoridad del Canal de Panamá (ACP) para optimizar el uso del algo en las temporadas secas.
A raíz del crecimiento urbano, se requiere sostener una producción de la potabilizadora a su nivel nominal de 220 mgd de agua potable y es necesario hacer las inversiones para poder alinear esto a las necesidades operativas de la ACP, que es poder optimizar el uso del embalse Alajuela bajando su nivel hasta 190 psnm en la temporada seca de mayor intensidad como los años niño.