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‘Los desnudos y los muertos', cuando Hollywood llegó por primera vez a Panamá
- 23/06/2019 02:00
- 23/06/2019 02:00
Hace como dos semanas experimenté un repentino flashback. Por alguna razón desconocida me transporté brevemente a la década del 70 y me encontré rumbo al interior de la República, en la camioneta familiar Gran Torino, con papá, mamá, cinco hermanos, más mascota y seguramente algún primo o amigo —sí, cabíamos todos—.
Pasábamos por el tramo de Cerro Campana, cuando, para distraernos, mi papá señaló a mano derecha de la carretera, apuntando a una imponente montaña cubierta de verde con una misteriosa cima rocosa y escarpada.
‘¡Miren! En ese cerro filmaron una película de Hollywood. Estuvieron buscando en el mundo entero y ése era el mejor cerro de todos'.
Nunca más volvimos a comentar el tema, pero el impacto de aquella frase quedaría en mi mente de por vida. No puedo calcular cuántas veces, al hacer el mismo recorrido hacia el interior, he tratado de identificar ese cerro misterioso e imaginar de qué iba la película para el que éste era tan importante.
Esta semana, después del flashback , decidí que era el momento de averiguarlo. Y fue relativamente fácil.
UN BEST-SELLER
La película que empezó a rodarse en Panamá en diciembre de 1957, en aquel cerro de Campana, era Los desnudos y los muertos (The Naked and the Dead), basada en una novela del mismo nombre del escritor estadounidense Norman Mailer, un best-seller lanzado 1948, traducido en trece idiomas y considerado uno de los clásicos literarios sobre la II Guerra Mundial, tal vez la mejor novela sobre ese conflicto, según la revista Time.
A pesar del éxito de ventas, no fue sino hasta 1956 que hubo un intento serio por llevarlo a la pantalla, cuando RKO Radio adquirió los derechos y consiguió el apoyo de Warner Bros. Como parte del elenco, se contrató a dos actores bastante conocidos al momento: Aldo Ray y Cliff Robertson.
Para la filmación, Panamá se convertiría en Anopopei, una isla ficticia del Pacífico, bajo control del ejército japonés, objeto del deseo de las tropas estadounidenses que buscaban apoderarse de ella para adelantar su campaña hacia las Filipinas.
La breve historia contada por mi papá no estaba tan equivocada. Originalmente, el productor Paul Gregory consideró filmar en Filipinas o Hawaii, pero como el estudio no quería invertir más de lo necesario - al parecer eran bastante tacaños y no veían la película como una expresión artística sino como una mera inversión- , optaron por hacerlo en un set de Hollywood.
the naked and the dead
La decisión de rodar en Panamá se dio por casualidad, luego de que Gregory sobrevolara el país en un vuelo comercial rumbo a California. Según el mismo contara, al asomarse a la ventanilla del avión DC-6, pudo notar la exótica vegetación y los terrenos montañosos que podían pasar por los de una isla perdida al sur del Pacífico.
Ya de regreso a California, descubrió que en Panamá no solo sería más barata la filmación sino que podía contar con el apoyo del Comando Sur, ubicado entonces en la Zona del Canal, que ofreció prestar sus tanques, jeeps y otros equipos militares de la 20ava División de Infantería, ubicada en el Fuerte Kobbe, además de sus soldados para que sirvieran como extras en las escenas de guerra. En especial, los soldados nativos de Hawaii o de Guam podrían representar a los enemigos japoneses.
En diciembre de 1957, la prensa de Hollywood reportó que el presidente de Panamá, Ernesto de la Guardia, había otorgado los permisos para filmar. En realidad, el gobierno acogió la solicitud con entusiasmo, pues se trataba de una oportunidad para promover al país turísticamente.
LA PELÍCULA
Puedo reportar con la mayor sinceridad que ver el filme hoy resulta un sacrificio. La cinematografía, las actuaciones, los clisés, el machismo, y la construcción de la trama no han resistido el paso del tiempo. Con mucho esfuerzo concluí el ejercicio solamente con el fin de identificar elementos del paisaje panameño. Y sí, allí estaban claramente las playas, la vegetación selvática, la sequedad del verano nuestro, el anchísimo Río Caimito, donde tienen lugar importantes escenas, y un chorro que debe ser el de La Chorrera.
El cerro al que se refería mi papá —y que no pude identificar por su nombre— es la Montaña Anaka, el centro geográfico de la isla Anapopei, clave de la historia. Es el símbolo de las luchas de los personajes, por cuanto ‘al llegar a la cumbre de la montaña, podrán sobrepasar la opresión de la jungla y ver la isla y el mar que la rodea en toda su grandeza'.
Cuando un pelotón es enviado a escalar la montaña, llega el clímax de la historia: la prueba del carácter de los personajes, la muerte de alguno y el descubrimiento de las múltiples caras del ser humano, la maldad y el egoísmo, pero también la valentía y solidaridad.
the naked and the deadEl supuesto Monte Anaka, en Campana
HOLLYWOOD, FÁBRICA DE SUEÑOS
Si hay algo para destacar es cómo la maquinaria propagandista del estudio Warner Brothers trabajó desde el principio para promover la cinta, presentado la experiencia de filmar en Panamá como una cargada de exotismo.
Entre los meses transcurridos entre diciembre de 1957 y el estreno de la película, innumerables glosas lanzadas por los estudios y recogidas por las agencias noticiosas daban la vuelta al mundo, entre ellas el comentario de un soldado utilizado como extra, que, al calor de las filmaciones, llegó a decir en voz alta ‘Nosotros no sudamos así ni en la guerra'.
El 6 de enero, la afamada columnista Louella Parsons comentaba que, estando en Panamá, el actor Aldo Ray, al que nunca le había gustado la leche, había tenido que adaptarse a una dieta de leche coco y carne de iguana.
Otra columna reportaba que en Panamá había llegado ‘la temporada de cocos' y estos se caían por montones en medio de la filmación desde palmeras de más de 60 pies de altura, amenazando la vida de los actores y del equipo de filmación. El reporte advertía, en son de broma, que los estudios buscaban un seguro ‘contra el golpe de coco'.
En otro cable, se aseguraba que el actor Aldo Ray estaba interesado en adquirir acciones de la compañía exportadora de camarones panameña, propiedad de Terry Moore, John Wayne y Errol Flynn. Inútil intento de elevar este actor que nunca llegó a alcanzar el nivel de estrella.
the naked and the deadESCENA DE LA SELVA
En innumerables glosas se hacía alusión a las alimañas —monos, iguanas, serpientes, escorpiones, mosquitos, pulgas de arena— que asediaban a los actores desde el primer día de trabajo. En una ocasión, se comenta que, hastiado de los insectos, el director había ordenado empapar el set y la arena de la playa con DDT –—un insecticida muy popular entonces que posteriormente fuera prohibido al descubrirse su toxicidad: sus residuos permanecen en los suelos y hasta en el cuerpo humano, al que llega por medio de la cadena alimenticia, durante décadas—.
Tal vez la anécdota más simpática estaba bajo el titular ‘Son baratas las culebras en Panamá'. Resulta que el director del filme, Raoul Walsh, decidió a última hora mostrar un close up de una serpiente. El encargado de utilería, Robey Cooper, que no tenía una a mano, se dirigió a un grupo de niños curiosos, de esos que siempre rodeaban la filmación, y ofreció tres dólares al que le consiguiera una.
CALGARY HERALD, 9 DE AGOSTO DE 1958
Supuestamente, en menos de cinco minutos, uno de los niños volvió con una serpiente que encontró entre los arbustos.
‘Tres dólares es bien barato para una serpiente. En el desierto de California costaría al menos 50 dólares y habría que pedirla con anticipación', decía la noticia.
Curiosamente, mi papá tenía su propia anécdota sobre esa misma culebra. Aunque a sus 86 años no recuerda mucho de la película, sí tiene presente que fue a verla al Teatro Variedades de Santa Ana y que el público seguía atentamente la trama hasta la escena en que aparece el ofidio y muerde a uno de los soldados, llevándolo inmediatamente a la muerte.
Cuando esto sucedía, alguien del público gritaba: ‘Pero si es una bejuquilla' —una culebra muy conocida en Panamá por su color verde y por ser totalmente inofensiva—.
El teatro se vino abajo de las carcajadas. A partir de ese momento, el cine fue todo risas y nadie tomó en serio la película: ni la muerte de los personajes principales, ni el estallido de dinamita, el avance de los tanques de guerra o los disparos. Todo fue en adelante un falso ‘made in Hollywood'.
Quienes, al parecer, sí se impresionaron con las actuaciones fueron los militares de la Zona del Canal. Según contara otra columnista, durante una fiesta a la que habían sido invitados algunos altos rangos del ejército, un mayor comentó que el actor que hacía del general Cummins (Raymond Massey) parecía más general que muchos de los circulaban por la Zona. Como resultado de ese comentario, durante los días siguientes, varios de los comandantes se acercaron al rodaje para observar cómo representaba Massey a un general de dos estrellas.
Avance de la película "Los Desnudos y los muertos", cuyos exteriores fueron todos filmados en Panamá
Entre los panameños, la presencia de los afamados actores también tuvo su impacto. Según la prensa del momento, un busero de la ciudad de Panamá nombró a su chiva ‘Aldo Ray', aumentado el grupo de vehículos con nombres de actores famosos: Alan Ladd, Jack Palance, César Romero, Elvis, Carmen Jones, Sophie Tucker y hasta FDR.
En internet se puede notar el impacto que debe haber causado la filmación de la película entre los soldados ubicados en la Zona del Canal durante esta época, algunos de los cuales participaron como extras y hasta actores. Muchos de ellos mencionan la filmación como uno de sus grandes recuerdos de Panamá.
Por último, al finalizar los créditos, se puede leer de lleno en la pantalla: ‘los productores de esta película agradecen al gobierno de la República de Panamá por los permisos otorgados para filmar en este país'. En su momento, la película fue bastante exitosa.
‘...al llegar a la cumbre de la montaña, podrán sobrepasar la opresión de la jungla y ver la isla y el mar que la rodea en toda su grandeza'