Los milagros del Nazareno

ATALAYA. Cada año, el distrito de Atalaya se queda más pequeño para los creyentes de Jesús Nazareno.

ATALAYA. Cada año, el distrito de Atalaya se queda más pequeño para los creyentes de Jesús Nazareno.

Remigio Aguilar, sacerdote, comparte que la peregrinación fue constante durante cinco días (desde el miércoles hasta ayer domingo) y que este año hubo mayor concurrencia, unos 300 mil visitantes.

Alicia Hernández, de La Soledad de Soná, cuenta que caminó desde la vía Interamericana hasta la basílica menor San Miguel Arcángel. ‘Desde la primera vez que vine me di cuenta que tenía que regresar y así lo haré hasta que muera. Todo lo que le he pedido me lo ha concedido’.

Juana Guevara, de 81 años, residente en el distrito de Chepo, dice que el santo le curó una enfermedad mala que tenía un hermano. Al igual que Alicia, Juana promete volver todos los años a dar las gracias.

Eudalis Checa, de la provincia de Coclé, comparte que desde hace 25 años viaja a Atalaya. ‘No podía tener hijos, le pedí el milagro al Cristo. Mi hijo cumple 25 años’.

Héctor Quintero, de Calidonia, relata que su pequeño nació con un soplo en el corazón. ‘Le pedí por la salud de mi niño. La otra semana tenemos cita en el hospital. Espero que el santo le haga este regalo de vida a mi bebé’.

Ana Jaén, de Pacora, detalla que desde hace 50 años asiste a la fiesta del Cristo. ‘Le pedí al Nazareno que me mantuviera con vida a mi hijo diabético. De eso han pasado 50 años, así que seguiré viniendo hasta que muera’.

Demóstenes Ureña, de Santiago, comparte que caminar hasta Atalaya, a la fiesta del Cristo, es una tradición en su familia. ‘Venimos a pedir salud para todos’.

Osvaldo Cruz, del distrito de San Carlos, relata que sufrió un accidente y le quedó una pierna paralizada. ‘Le pedí al santo que me ayudara en la curación. El milagro me fue concedido y todos los años vengo el primer domingo de Cuaresma a Atalaya’.

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