Narcotraficantes infunden temor en comunidades comarcales

Actualizado
  • 03/03/2021 00:00
Creado
  • 03/03/2021 00:00
Los traficantes atraviesan la densa selva fronteriza con Colombia, pasan por fincas, se meten por trochas y esquivan los puestos de control policiales instalados

Más de 132 procesos se encuentran bajo investigación gracias a la información anónima, de una sola vía, recibida de la comunidad en la página de Crime Stoppers (panamá.tupista.org) por delitos de drogas, contrabando, blanqueo de capitales, violencia doméstica, y otros temas que involucran la provincia de Colón. En dos años de haber iniciado el programa, la organización sin fines de lucro que ayuda a las autoridades a contrarrestar el delito en Panamá ha recibido más de 2,300 denuncias ciudadanas que han sido atendidas por la Dirección de Investigación Policial o Dirección de Investigación Judicial y las fiscalías del Ministerio Público.

Alejo Campos, director de Crime Stoppers Panamá

Alejo Campos, director de Crime Stoppers Panamá, vio la necesidad de incluir una sección dedicada solo a la provincia de Colón para recibir denuncias por ocho delitos, entre ellos, pandillas, trata de personas, contrabando, portación ilegal de armas, violencia doméstica, drogas, extorsión y microtráfico. En este sentido, se hizo un trabajo muy puntual en las comunidades que generó gran cantidad de denuncias, especialmente las relacionadas con violencia doméstica durante los primeros meses de cuarentena obligados por la pandemia. “Las mujeres estaban recluidas con su agresor, las fiscalías estaban cerradas al igual que las oenegés. Al principio se empezó a decir que había disminuido la violencia, pero abrimos el módulo de violencia doméstica y se empezaron a disparar más de 300 durante la covid-19”, describió Campos. Un tema complicado de atender considerando que requiere de la denuncia formal de la víctima que, en muchos casos, por miedo, no se atreve a hacerlo; no obstante se logró abrir procesos y judicializarlos. Para ello, Crime Stoppers hizo alianza con el Instituto Nacional de la Mujer (Inamu) que se encargó de hacer el abordaje para forjar confianza con las víctimas y animarlas a que perdieran el temor de interponer la denuncia.

Durante los 24 meses de trabajo, la página ha logrado de la mano de las autoridades policiales capturar a 24 de los 100 más buscados por la Policía Nacional. Al recibir la información se canaliza a la autoridad competente para que se inicie el proceso de verificación y actuar en las siguientes 72 horas. “Tres casos de arresto en perfiles de alto valor, la mayoría prófugos de un centro penitenciario, se lograron a partir de información anónima. Otro caso de una mujer que se encontró explotando sexualmente a su hija de ocho o nueve años, la madre fue condenada a 16 años de prisión y a la niña fue trasladada con familiares”, señaló Campos.

Crime Stoppers ilustró el panorama que viven las comunidades comarcales, amenazadas por los narcotraficantes que infunden temor en su paso por Darién hacia la vía interamericana donde dejan de 20 a 25 kilos de droga que cargan en mochilas, de ahí el nombre de mochileros. Estos traficantes atraviesan la densa selva fronteriza con Colombia, pasan por fincas, se meten por trochas y esquivan los puestos de control policiales instalados en Chepo, todo a cambio de mil dólares que reciben de los carteles.

“Hemos hablado con los consejos cacicales que no permiten la complicidad con los narcos; algunos son amenazados para hacerlo y otros lo hacen por cuenta propia. Pero dentro de la comarca persiguen a los miembros que pueden estar haciendo este delito, muchas veces los expulsan del territorio”, indicó. Algunos reciben pagos con cocaína, por ejemplo, que luego venden en el mercado local.

Dependiendo de las condiciones del clima y las circunstancias, el trayecto hacia la carretera que une a Panamá con el resto de Centroamérica puede tardar una semana hasta llegar a las afueras de la ciudad y empieza la distribución interna. Algunos de ellos cuando vuelven a Colombia, aprovechan el viaje para llevar cigarrillos de contrabando hacia Colombia.

Los también llamados mulas, son personas muy necesitadas, vulnerables, humildes, con necesidad real de dinero; en otras ocasiones son personas amenazadas por los narcotraficantes. Se ha detectado una relación entre los coyotes dedicados a la trata de personas y en las dificultades del camino muchas veces generan deudas que cobran con viajes de mulas con droga por parte de familiares a Panamá.

En términos de confiscación de mercancía ilegal o contrabando, el Servicio Nacional de Fronteras logró decomisar durante 2020 el valor de $17 millones producto del contrabando de cigarrillos, dinero que financia grupos de crimen organizado. Campos explicó que los contrabandistas emplean chalupas en las que esconden la mercancía, bebidas alcohólicas y medicamentos falsificados, la mayoría con procedencia de Colombia, lo que hizo necesario un equipo de colaboración binacional entre ambos países.

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