Noriega se proclama inocente de la masacre de Albrook

Actualizado
  • 28/01/2017 01:01
Creado
  • 28/01/2017 01:01
Manuel Antonio Noriega aseguró que no es responsable de la muerte de Moisés Giroldi ni de Javier Tejada, entre otros oficiales. 

A las tres de la tarde de ayer empezó a escribirse un nuevo capítulo de la oscura historia de la extinta dictadura militar de Manuel Antonio Noriega. La audiencia en la que recibió el beneficio de depósito domiciliario se convirtió en el escenario inesperado de sus escabrosas revelaciones sobre la masacre de Albrook, ocurrida el 3 de octubre de 1,989, cuando un grupo de once oficiales se alzaron contra el régimen que sometió al país entre 1983 y 1989.

En una sala abarrotada por más de una docena de periodistas, abogados, funcionarios públicos, las hijas del ex general (Sandra, Lorena y Thais) y familiares de las víctimas de la masacre, nadie se esperaba el sospresivo desenlace.

Ezra Ángel, abogado del exgeneral, explicó su solicitud de depósito domiciliario permanente para el exmilitar, alegando enfermedades crónicas propias de una persona de más de 70 años, evocando el artículo 108 del Código Penal.

El juez de garantías, Roberto Alexander Sánchez, dio curso al proceso verificando los documentos presentados como pruebas. Y posteriormente dio traslado a la fiscalía y a los defensores de las víctimas de la masacre y del homicidio de Moisés Giroldi, el líder de ese golpe contra Noriega, en 1,989.

La fiscalía representada por Elizabeth Lasso y el defensor de las víctimas sólo aceptaron un medida de depósito domiciliario temporal durante el tiempo que dure un control post operatorio por un tumor cerebral que habrá que remover al ex militar, según lo establece un fallo de la Corte Suprema de Justicia del 19 de enero de 2017.

El momento cumbre de la audiencia llegó, sin embargo, cuando el juez, conforme a la ley, le dio espacio a los familiares de las víctimas. Dos de ellos, Josué Giroldi y Javie Tejada, tendrían que verle la cara frente a frente a quien se considera ordenó la ejecución de sus padres.

El primero en tomar la palabra, Josué, en un tono conciliador, pero con la voz quebrada, dijo en nombre de su familia que no guardan rencor ‘ni en el corazón ni en la mente'. ‘Entendemos el dolor que le ha causado a mi familia y a la suya', apuntó.

Giroldi añadió que, a pesar de todo, su familia se siente orgullosa. ‘Sabemos lo que representó mi padre para él y para nosotros. El bien siempre triunfa sobre el mal'. Y con estas palabras terminó su intervención de tres minutos.

El turno era para el hijo del ex capitán León Tejada, que lleva el mismo nombre de su padre. ‘La última vez que lo vi fue frente a su oficina en las fuerzas armadas, hace 28 años', recordó.

En un tono altivo, y que dejaba sentir la amargura sufrida por la muerte de su padre, dijo: yo representó a uno de los hijos de los once caídos vilmente en la masacre provocada por este señor al que no debemos llamar exgeneral porque fue degradado por sus múltiples delitos. ‘Ojala Dios pueda perdonarlo', acotó.

Casi de inmediato, el juez le ordenó moderar su tono y las expresiones contra el sindicado. El calor de las palabras del hijo del ex capitán contagió a la audiencia. Tejada reclamó a Noriega porqué había fusilado "con grilletes, encapuchados y con los genitales quemados con cigarrillos" a los once oficiales.

"Usted no es como ellos, que le perdonaron la vida", sentenció el hijo del ex capitán,

El turno del ex general llegó. Era la primera vez que tenía la oportunidad de hablar de sus delitos ante un tribunal panameño. Noriega no se intimidó. ‘Con mi corazón y bajo el nombre de Dios juro que no tuve nada que ver con la muerte de ninguno de los once oficiales fusilados', aseguró en tono altivo y arrogante ante una audiencia estupefacta. ‘No tuve nada que ver con la muerte de Giroldi ni de Tejada. Los que los mataron fueron los amigos de ex capitán León Tejada. Su odio y su rencor ira contra ellos. Yo traté de impedirlo', continuó el otrora ‘hombre fuerte' de Panamá.

"Muchos estén escondidos bajo el silencio y la amistad de los amigos de Tejada. Hay un Dios que hace juzgar a vivos y muertos", continuó Noriega. ‘Diga nombres, nombres, nombres', pedían al otro lado los familiares de las víctimas. El juez ordenó silencio bajo la amenaza de desalojar la sala.

‘Nunca tuve la oportunidad de ir a una indagatoria y contar los hechos acaecidos aquel día. Me enjuiciaron en ausencia. Pero lo asumí de frente y sin conardia", añadió Noriega, que fue favorecido con una medida de depósito domiciliario por el caso de la masacre de Albrook y el homicidio de Giroldi.

El ex general, sin embargo, volvió anoche a la cárcel El renacer para esperar mañana, a las 2:30 de la tarde, una última audiencia por la muerte del médico guerrillero Hugo Spadafora Franco. De concerdérsela, en este proceso depósito domiciliario, el ex militar permanecerá en la casa de su hija Sandra hasta que se recupere de su operación, programada para el 15 de febrero.

Su abogado aseguró que la celda donde permanece no reune las condiciones para su recuperación.

‘No tuve nada que ver con la muerte de Giroldi, ni de Tejada. Los que los mataron fueron los amigos del excapitán',

MANUEL NORIEGA

EXHOMBRE FUERTE

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