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- 20/10/2025 13:38
La Ciudad de Panamá se ha transformado esta semana en el epicentro mundial del diálogo ambiental. Desde hoy, 20 de octubre, hasta el 24, el país acoge la 27ª Reunión del Órgano Subsidiario de Asesoramiento Científico, Técnico y Tecnológico (OSACTT-27) y la 1ª Reunión del Órgano Subsidiario del Artículo 8(j) (SB8J-1) del Convenio sobre la Diversidad Biológica (CDB), con la participación de delegados de 196 países y más de mil representantes de pueblos indígenas, organizaciones no gubernamentales y expertos científicos.
Estos encuentros, considerados clave para la agenda ambiental internacional, servirán como antesala a la próxima COP 17 de Biodiversidad, en la que los países deberán revisar el cumplimiento del Marco Mundial de la Biodiversidad, adoptado en 2022.
Durante el acto inaugural, el ministro de Ambiente Juan Carlos Navarro destacó el compromiso de Panamá con la conservación de su fauna y flora, subrayando que el país “predica con el ejemplo” en la defensa de la naturaleza.
“Panamá se convierte esta semana nuevamente en la capital mundial del ambiente. Aquí estamos representados todos: gobiernos, pueblos indígenas y organizaciones civiles, con un solo fin: cuidar la biodiversidad, que no es más que la vida sobre la Tierra”, afirmó Navarro.
El titular de Ambiente explicó que, en los últimos 15 meses, el país ha experimentado una “revolución en conservación”, impulsada por la política ambiental del gobierno del presidente José Raúl Mulino y el respaldo ciudadano.
Entre los avances, mencionó la instalación de más de 60 antenas Starlink que conectan 38 áreas protegidas por primera vez en la historia, la capacitación de 300 nuevos guardaparques, el uso de imágenes satelitales para frenar la deforestación y la integración de comunidades locales a la protección de los parques nacionales.
“Estamos haciendo en casa lo que predicamos en los foros internacionales: que cada país asuma su responsabilidad para salvar la naturaleza a nivel global”, enfatizó.
El ministro Navarro también resaltó el liderazgo de Panamá en materia legislativa, al ser uno de los pocos países con una Ley de Derechos Inherentes de la Naturaleza, además de normativas para la protección de corales, pastos marinos, tiburones y rayas.
El país cuenta con el 54% de sus aguas jurisdiccionales bajo alguna categoría de protección y el 35% del territorio terrestre resguardado.
Panamá ha impulsado, además, el Pacto Panamá por la Naturaleza (Panama Nature Pledge), un compromiso que busca alinear los acuerdos globales sobre clima, biodiversidad, océanos y contaminación por plásticos, bajo una visión integrada. Navarro adelantó que una de las prioridades será reforzar las sanciones ambientales, en especial contra empresas que continúan comercializando pesticidas altamente peligrosos prohibidos a nivel internacional.
“Hay que ser un inmoral para vender productos que envenenan a nuestra gente y destruyen nuestros ríos. Por eso proponemos eliminar los pesticidas prohibidos y los empaques de foam, sustituyéndolos por alternativas biosustentables”, afirmó.
De acuerdo con datos del Convenio sobre la Diversidad Biológica (CDB), más de un millón de especies podrían extinguirse en las próximas décadas debido a la destrucción de hábitats, la sobreexplotación, las especies invasoras y el cambio climático.
La secretaria ejecutiva del CDB, Astrid Schomaker, advirtió que “el cambio climático y la pérdida de biodiversidad son dos caras de una misma moneda”, y que la prioridad hacia la COP17 será acelerar la acción global para frenar la pérdida de especies y ecosistemas.
La OSACTT-27 servirá para evaluar los avances del Marco Mundial de la Biodiversidad, con debates sobre la relación entre biodiversidad y salud, los efectos del cambio climático, las especies exóticas invasoras, y los desafíos de la agricultura y los bosques.
Las recomendaciones que surjan de estas discusiones serán elevadas posteriormente a la Conferencia de las Partes (COP), donde los ministros y jefes de Estado adoptarán decisiones vinculantes.
En paralelo, la SB8J-1 pondrá el foco en el papel de los pueblos indígenas y comunidades locales en la conservación. Los temas incluyen el reconocimiento de territorios tradicionales, la inclusión de tierras comunitarias en la planificación espacial, y el acceso al financiamiento internacional.
Panamá, con una importante diversidad cultural y biológica, busca posicionarse como facilitador de consensos entre los distintos sectores.
“Actuamos como puente entre naciones, consolidándonos como líderes regionales y contribuyendo a la agenda global de biodiversidad”, señaló Navarro.
De forma paralela a las reuniones formales, se celebra en la capital la Cumbre de la Naturaleza (#NatureSummit), organizada junto a Global Resilience Partners (GRP) y el Ministerio de Ambiente, cuyo objetivo es promover alianzas para restaurar 100 mil hectáreas de ecosistemas prioritarios.
El representante especial para el Cambio Climático, Juan Carlos Monterrey, destacó que estos encuentros “posicionan a Panamá como un actor activo en la protección de la biodiversidad y como sede de diálogos multilaterales”, además de generar oportunidades de cooperación técnica y fortalecimiento de capacidades.