Política: Autoritarismo apadrinado

Actualizado
  • 05/01/2014 01:00
Creado
  • 05/01/2014 01:00
El 2013 finalizó cargado de interrogantes, dudas, especulaciones y elucubraciones sobre el devenir político inmediato de nuestro país. C...

El 2013 finalizó cargado de interrogantes, dudas, especulaciones y elucubraciones sobre el devenir político inmediato de nuestro país. Con el paso de los días, la ausencia de discernimiento, de debate y de análisis científico seguirá ganando terreno. Hay que ponerle un alto al rampante autoritarismo, antipopular, antidemocrático y antinacional, que ha logrado entronizarse en Panamá, que nos coloca ante un autoritarismo apadrinado por los que están y… por los que quieren estar.

Las escasas muestras de disconformidad con el autoritarismo que caracteriza al Gobierno ultrapersonalista, que tempranamente menospreció a la sociedad civil y ha considerado las críticas como un desafío a su triunfo electoral en el 2009, han sido pasajeras y aisladas. Y agregaría: calculadas y contadas, luego apadrinadoras.

El cientista-político Steven Levitsky, profesor de Gobierno y de Estudios Sociales en la Universidad de Harvard, acuñó (cf. su obra Competitive Authoritarianism) la expresión ‘autoritarismo competitivo’ para referirse a los regímenes políticos híbridos, donde las instituciones democráticamente formales existen y hasta permiten elecciones libres, pero luego los gobiernos electos violan las reglas de juego con demasiada frecuencia.

Para el catedrático Levitsky, ‘en los regímenes de autoritarismo competitivo existen, cuatro arenas de competencia a través de las cuales la oposición puede desafiar y eventualmente vencer a los gobernantes autocráticos, pero la tarea no es nada fácil. En la arena electoral, las elecciones son competitivas; pero existe un uso abusivo de los recursos del Estado por parte del partido que está en el poder. En la arena legislativa, existe un férreo control del bloque de diputados oficialistas, pero las fuerzas de la oposición tienen una plataforma para denunciar al régimen. En la arena judicial, por lo general, los gobiernos del autoritarismo competitivo intentan subordinar a los jueces, por procedimientos sutiles o inclusive acudiendo al uso de amenazas y presiones explícitas, aunque estos actos pueden acarrear costos significativos en términos de legitimidad nacional e internacional. Finalmente, son los medios de comunicación la cuarta arena donde encuentran la mayor barrera de contención los regímenes autoritarios competitivos. El Gobierno intenta consolidar una cadena de medios oficiales y busca con frecuencia reprimir la prensa independiente, valiéndose de mecanismos como el reparto selectivo de la publicidad del Estado, la manipulación de los organismos de intervención del Estado o la aplicación arbitraria de las leyes que regulan los servicios audiovisuales’.

En Panamá impera un autoritarismo competitivo apadrinado. Aquí se han alterado, adulterado, desviado, degenerado las reglas del juego, gracias al comportamiento pasivo y complaciente de la denominada oposición. La ausencia de oposición para frenar el autoritarismo progresivo del gobierno nos ha minado, dividido y desviado de un Panamá democrático.

ABOGADO Y CATEDRÁTICO

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