Entre la rebelión y la inmortalidad

Actualizado
  • 09/01/2012 01:00
Creado
  • 09/01/2012 01:00
PANAMÁ. Ascanio Arosemena, es el primero que pierde la vida el 9 de Enero de 1964. Estudiante de la Escuela Profesional, había estado en...

PANAMÁ. Ascanio Arosemena, es el primero que pierde la vida el 9 de Enero de 1964. Estudiante de la Escuela Profesional, había estado en el Instituto Nacional.

Ese día por las ironías que tiene la historia, dejó de existir y al mismo tiempo entró en la esfera de la inmortalidad. Ascendió sin premeditación al palco de los héroes de la patria.

Ascanio vibrando de sentimientos revolucionarios, se subió a un farol del alumbrado público en la entonces Avenida 4 de Julio, y enclavó una bandera panameña.

Un fotógrafo captó el momento y el heroísmo del martir que a las puertas de la inmortalidad, solo sentía la fuerza de la rebeldía, impulsada por el ritmo agitado de su palpitar y la adrenalina del momento. Todo esto lo extasiaba haciéndole ignorar su destino.

Ascanio era un adolescente, un patriota empedernido. Por su edad y las circunstancias no se dio tiempo a las reflexiones ni a las frases protagonistas, su rol en el teatro de la historia se escribió con sangre.

Quizás su mayor aporte es que salta del anonimato, es decir, pudo haber sido cualquier otro. Por eso nos representa a todos.

Sus padres Ascanio Arosemena y Marcelina Chávez vivían aquél 9 de enero en Renta 15, Avenida Ancón. Eran varios hermanos, Ascanio, Carlos y Berna, la hija menor, de entonces solo 7 años, a quien me encontré hace dos noches. Con ella logré reconstruir desde la óptica de la familia aquel día aciago.

¿A qué hora sale Ascanio de tu casa, Berna, lo recuerdas?

Ascanio llegó de la calle en la tarde y se echó a dormir. Al rato lo llamaron por teléfono, mi mamá planchaba y no quiso despertarlo. Luego, antes de las seis, lo llamaron de nuevo y saltó sobre el teléfono, le hablaron y salió corriendo por la ventana que estaba abierta.

¿Qué mas supieron luego? le pregunto, buscando hurgar mas en ese Día D.

El televisor estaba apagado y no supimos nada, hasta que una vecina , ‘la china’, nos tocó la puerta y gritó: ‘oigan la vaina está encendida, hay tiroteos por la zona, y escuché que hirieron a un tal Ricardo Hurtado y cayó muerto un Ascanio Quintero’. Mi mamá arrojó la plancha, prendió el televisor, oye las noticias confirmando lo de mi hermano y salió como loca, en la facha que estaba, por la avenida Ancón, y la paró el Sargento Ramoncito: ¡Hey, Marcelina, ¿para dónde vas? te van a matar, esto está prendido’. Mi madre se desmayó.

¿Y tu padre?

Llegó al rato, preguntó por los muchachos… ‘no oíste, Canito es el muerto, me estoy vistiendo para ir al hospital’, le dijo mi mamá. Y él se disparó para allá.

¿Cómo fue la muerte de Ascanio, Berna ?

Mi hermano Carlos Guillermo, como Canito, siempre se metía en esos revulús. Salió a ver donde veía al hermano; y lo contacta cuando ya había balacera, por el área de Ancón, en La Zona.

Logró verlo cuando ya Ascanio había ayudado a Hurtado a ir herido al Santo Tomás, y tiraba piedras como loco contra la policía zoneita.

Mi hermanito le gritó: ‘vámonos para la casa, te van a matar’. Ascanio le replica: ‘vete tu, esto es para hombres’. Pero Carlos decide quedarse allí y a los pocos minutos Ascanio entre ruidos de balas, se agarra el brazo y dice: ‘me dieron’… Carlos se echa encima de él y busca ayudarlo, sacarlo del sitio, llevarlo al hospital, pero no podía solito... no se cómo le ayudaron. Por la Asamblea un taxi paró y los echaron dentro hacia el Santo Tomás.

¿Qué más pasa con Ascanio, cuándo muere?

Dentro del taxi m hermano menor llora, ve grave a Ascanio, lo anima, y a los minutos Ascanio le dice con los ojos entornándose: ‘Carlos, me duele mucho el pecho’; cuando mi hermano lleno de llanto lo abraza, sus ojos se blanquean. Al llegar al Hospital, confirman que era cadáver...

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